La visita del Papa Benedicto XVI a América Latina es su mensaje de «interés» y «cariño» por esta región que tiene el mayor número de católicos del mundo, dijo monseñor Odilo Scherer, designado este miércoles nuevo arzobispo metropolitano de Sao Paulo.
«Que el Papa venga es el gran mensaje» que muestra que el pontífice «está atento a la realidad de América Latina», dijo Scherer en una conferencia de prensa.
«El Papa mira hacia América Latina y hacia Brasil con mucha atención, con mucho cariño, también porque aquí vive más de la mitad de los católicos del mundo y también porque es un pueblo con características muy propias de religiosidad, de profundo amor a la Iglesia, al evangelio de Jesucristo y de profundo amor al Papa», añadió.
Scherer fue nombrado este miércoles responsable de la archidiócesis de Sao Paulo, la mayor de América Latina, que abarca a más de 9 millones de personas. Scherer, de 57 años, es secretario general de la Conferencia de los Obispos de Brasil (CNBB) y será el anfitrión del Papa, como secretario general adjunto de la V Conferencia General del Episcopado en América Latina y el Caribe en la ciudad brasileña de Aparecida, y a cuya apertura asistirá el pontífice.
Scherer consideró que «la juventud está a la espera de una palabra de orientación» del Papa, como también el resto de los católicos de la región: «Esperamos del Papa que nos confirme el camino», en su visita a Brasil del 9 al 13 de mayo, indicó.
El Papa se reunirá con jóvenes en Sao Paulo el 10 de mayo y el día siguiente celebrará una misa campal luego de lo cual viajará a Aparecida. El domingo 13 abrirá allí la conferencia de obispos latinoamericanos, tras lo cual regresará a Roma.
La presencia del Papa en Brasil es considerada como uno de sus primeros gestos de aproximación a América Latina, con más de 600 millones de católicos.
Es en esta región donde surgió la Teología de la Liberación, doctrina que creció en los años ’60 y se extendió por todo el continente, y sobre todo en Brasil, donde trabajan las comunidades eclesiales de base, comprometidas con la acción social y la política, postura que no es vista con buenos ojos por la Santa Sede.
La condena por parte del Vaticano hace pocos días de uno de los ’padres’ de la Teología de la Liberación, el salvadoreño de origen español Jon Sobrino, por su visión humana de Jesús, reaviva el enfrentamiento con esos sectores de la iglesia.
Schrerer prácticamente descartó que esos asuntos sean tratados durante la visita del Papa a la conferencia de los Obispos latinoamericanos. «En el programa que está siendo organizado no creo que haya ese tipo de iniciativa, también porque la visita es breve, pero ese diálogo existe, es permanente», dijo.
El flamante arzobispo, que asumirá a finales de abril y es considerado por la prensa un moderado en línea con el Vaticano, elogió la primera exhortación apostólica del Papa divulgada hace una semana, en la que que defiende el mantenimiento del celibato sacerdotal y critica que los divorciados vuelvan a casarse.
Consideró, no obstante, que puede comprenderse «la dificultad de entender la posición del Papa en un mundo controvertido, de diversidad de pensamientos y opiniones», pero «el Papa interpreta, en su persona y su palabra, la posición de la Iglesia católica, y no podría dejar de hacerlo aunque no sea entendido por todos».
El teólogo de la Liberación Jon Sobrino, censurado por el Vaticano por sus tesis sobre Jesús, rehusó las acusaciones en su contra expresadas por los guardianes de la doctrina de la Iglesia, en una carta publicada en varios sitios de internet religiosos.
Sobrino, jesuita español que reside en El Salvador, indica en la misiva que «no se siente en absoluto representado por el juicio global» sobre sus tesis elaborado por la congregación vaticana para la doctrina de la fe.
La carta dirigida a su superior, el general de los jesuitas, Peter Hans Kolvenbach, data del 13 de diciembre de 2006.
La notificación de la congregación para la doctrina de la fe, publicada el 13 de marzo por el Vaticano y fechada el 26 de noviembre de 2006, estimó que las tesis de Sobrino en dos de sus libros no son «conformes a la doctrina de la Iglesia».
En su misiva, el jesuita subraya que «no es fácil dialogar con la congregación», que «parece obsesionada» en hallar «errores», y cuyo juicio está a menudo marcado por «la ignorancia, los prejuicios y la obsesión de acabar con la teología de la Liberación».
Esta doctrina, expandida en América Latina, busca unir la defensa de los valores cristianos con la lucha por los derechos de los más desfavorecidos.
La misiva de Sobrino, escrita en español, fue publicada entre otras webs en el sitio del vaticanista italiano Sandro Magister (www.chiesa.it).