El estudio que vinculaba una vacuna infantil con el autismo se basó en información alterada intencionalmente sobre los niños participantes, según un nuevo informe sobre esa investigación, nuevamente desacreditada.
Las conclusiones del trabajo de 1998 escrito por Andrew Wakefield y colegas fueron rechazadas por 10 de sus 13 autores y la revista médica Lancet, que lo publicó y que posteriormente lo repudió.
Con todo, la insinuación de que la vacuna MMR tenía alguna relación con el autismo asustó a los padres en todo el mundo y las tasas de inmunización para sarampión, paperas y rubéola nunca recuperaron su nivel anterior.
Un nuevo examen, que comparó los diagnósticos reportados en el estudio con los archivos de hospitales, halló que Wakefield y sus colegas alteraron los datos sobre los pacientes en su estudio.
El análisis, realizado por el periodista británico Brian Deer, halló que a diferencia de lo dicho por Wakefield, de que los 12 niños estudiados eran normales antes de recibir la vacuna MMR, cinco de ellos habían presentado problemas de desarrollo debidamente documentados. Deer también encontró alteraciones en la presentación de los casos al comparar las historias clínicas con información recibida de los padres.
Wakefield no respondió a los pedidos de declaraciones a pesar de las llamadas a la editorial de su libro más reciente, en el cual sostiene que las autoridades médicas han pasado por alto la relación entre las vacunas y el autismo. Wakefield vive en Estados Unidos, donde cuenta con muchos seguidores, entre ellos celebridades como la comediante Jenny McCarthy.
El artículo de Deer fue financiado por el diario londinense Sunday Times y el Canal 4 de televisión. Fue publicado en la versión electrónica de la revista médica BMJ ayer.
En un editorial que acompaña el trabajo, Fiona Godlee y varios colegas dicen que el estudio de Wakefield es «un fraude minuciosamente elaborado».
En mayo pasado Wakefield fue despojado de su licencia para ejercer la medicina en Gran Bretaña. Varios estudios han demostrado que no hay relación entre la triple vacuna y el autismo.
En cambio, desde la publicación del trabajo de Wakefield se han registrado brotes esporádicos de sarampión en Europa y Estados Unidos. En 2008, se lo declaró endémico en Inglaterra y Gales.