Avanzar en la equidad


Siempre el inicio de un nuevo año nos permite hacer revisiones del pasado y nuevas proyecciones para el futuro. Este año tenemos el reto de las elecciones. Reto, porque nos obliga a pensar no sólo en el presente, sino también en los siguientes cuatro años.

Julieta Solórzano

Este espacio de Opinión se ha dedicado a poner en la mesa de discusión, la participación polí­tica de las mujeres y el avance de la misma. Promover la equidad en la participación de las mujeres se inscribe como estrategia entre las polí­ticas denominadas de acción positiva. Con ella se propone la distribución equilibrada de poder entre mujeres y hombres, como elemento fundamental en el logro del objetivo de igualdad real y como exigencia democrática. Desde el reconocimiento que la sociedad está compuesta por igual de mujeres y hombres, se ha defendido la necesaria representación equitativa en la toma de decisiones, como condición para el ejercicio pleno de la ciudadaní­a.

Por eso instamos a los partidos polí­ticos a examinar sus estructuras organizativas y sus procedimientos y a remover las barreras que, directa o indirectamente, discriminan a las mujeres e impiden su participación. Animamos a los partidos polí­ticos a desarrollar iniciativas que permitan a las mujeres su participación plena en las estructuras de toma de decisión interna, en los procesos de elección y nombramiento.

La educación para las mujeres es el principal factor de igualdad de oportunidades y es la clave de la emancipación; una educación no discriminatoria, tanto a los niños como a las niñas, contribuye a unas relaciones más iguales entre ambos.

A nivel internacional también se han venido gestando procesos que buscan seguir avanzando. En julio de 2010, la Asamblea General de las Naciones Unidas creó ONU Mujeres, una entidad que busca contribuir con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. Su creación constituye un gran paso de todos los Estados miembros en la aceleración de los objetivos de la Organización.

ONU Mujeres forma parte de la reforma de la ONU, que reúne los recursos y mandatos para obtener un mayor impacto. Fusiona el trabajo de cuatro componentes del sistema, con el fin de centrarse exclusivamente en la igualdad y el empoderamiento de las mujeres, cuyas principales funciones son: Dar apoyo a las entidades intergubernamentales como la Comisión de la Condición Jurí­dica y Social de la Mujer en su formulación de polí­ticas y estándares y normas mundiales, dar asistencia a los Estados miembros para implementar esos estándares -dando cuando sea necesario el apoyo técnico y financiero adecuado para ayudar a los paí­ses que lo soliciten- así­ como para establecer alianzas eficaces con la sociedad civil; y hacer que el sistema de la ONU rinda cuentas de sus compromisos en materia de igualdad de género, incluyendo el seguimiento continuo de los progresos dentro del sistema.

Este año nos toca seguir avanzando en dos grandes desafí­os: la plena participación económica y polí­tica de las mujeres.

masmujeresmejorpolitica@gmail.com