Un primo lejano en Australia


Los homí­nidos de Denisova tienen caracterí­sticas similares a los seres humanos modernos, con la diferencia que eran más pequeños. FOTO LA HORA: ARCHIVO

Los cientí­ficos han recuperado el código del ADN de un desaparecido familiar de los seres humanos, cuyos fósiles fueron descubiertos recientemente en Siberia y se toparon con una sorpresa: Este homí­nido vagó ampliamente por Asia, mucho más lejos de la cueva donde se hallaron sus únicos restos conocidos.


Al comparar el ADN con el de las poblaciones modernas, los cientí­ficos encontraron evidencia de que los llamados «homí­nidos de Denisova» recorrieron toda Asia desde hace más de 30 mil años. Al parecer, se cruzaron con los antepasados de los habitantes actuales de Melanesia, un archipiélago al noreste de Australia.

No hay señal de que los homí­nidos de Denisova se hayan mezclado con los antepasados de las personas que ahora viven en Eurasia, lo que hizo que descubrir la conexión entre Siberia y la lejana Melanesia fuera un descubrimiento bastante sorprendente.

Se trató del segundo informe en los últimos meses que se basa en la utilización de una nueva herramienta, los genomas de los antiguos homí­nidos, para arrojar luz a la historia evolutiva de la humanidad.

En mayo, algunos de los mismos cientí­ficos reportaron haber usado el genoma del Neandertal para mostrar que éstos se cruzaron con los antepasados de las poblaciones de la actualidad que no son africanas. Eso podrí­a haber ocurrido en el Oriente Medio después de sus antepasados salieron de ífrica, pero antes de que llegaran a Eurasia, dijeron los investigadores.

En cuanto a los homí­nidos de Denisova, el nuevo trabajo es probablemente apenas el comienzo de lo que se puede aprender de su genoma, dijo un experto familiarizado con la investigación. Al final, podrí­a dar pistas sobre rasgos como el color de ojos y piel, dijo Todd Disotell, de la Universidad de Nueva York.

«A partir de este genoma vamos a ser capaces de atar cabos sueltos sobre estas personas», agregó.

La existencia de un nuevo familiar del hombre moderno se reveló por primera vez hace sólo nueve meses, gracias a una muestra de ADN recuperada del hueso de un dedo descubierto en la cueva de Denisova, en el sur de Siberia. Los investigadores propusieron entonces para estos nuevos familiares el nombre informal de homí­nidos de Denisova, según consta en la edición del jueves de la revista Nature, donde se informa de los nuevos resultados.

No hay pruebas suficientes para determinar si los homí­nidos de Denisova son una especie distinta, dijeron los investigadores.

El genoma recuperado del hueso de dedo demostró que los homí­nidos de Denisova están relacionados más estrechamente con los Neandertales que con los seres humanos modernos. Esto indica que tanto los homí­nidos de Denisova como los Neandertales surgieron de un antepasado común en una rama diferente del árbol genealógico evolutivo que el que condujo a los seres humanos modernos.

Los cientí­ficos no tienen idea de qué apariencia tení­an lo homí­nidos de Denisova, dijo David Reich, investigador de la Universidad de Harvard y autor de la nueva investigación.

Aparte del genoma, los investigadores reportaron el hallazgo en la cueva de un molar superior del homí­nido de Denisova. Su gran tamaño y otras caracterí­sticas son diferentes de los dientes de los Neandertales y de los primeros humanos modernos, los cuales viví­an en la misma zona más o menos al mismo tiempo que los homí­nidos de Denisova.

Ni el hueso del dedo ni el diente pueden fecharse directamente, pero los análisis hechos a huesos de animales hallados en los alrededores muestran que los restos del homí­nido de Denisova tienen al menos 30.000 años, incluso más de 50.000 años, dijo Reich.

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En internet:

http://www.nature.com/nature