Varios gobernantes del Africa occidental dijeron el miércoles que regresarán a Costa de Marfil la semana próxima para reanudar negociaciones con Laurent Gbagbo, luego de que una primera visita fracasó en hacerlo renunciar a la Presidencia y entregar el poder al ganador internacionalmente reconocido de las elecciones del mes pasado.
El bloque regional de la Comunidad Económica de Estados del Africa Occidental (CEDEAO), de 15 países, había amenazado con una intervención militar si Gbagbo no renuncia y se niega a permitir que Alassane Ouattara asuma la Presidencia.
Una delegación de presidentes de Sierra Leona, Benin y Cabo Verde acudió el martes a Abiyán para entregar en persona lo que llamaron un ultimátum para que Gbabo deje el cargo.
Gbagbo rechazó el pedido y no salió del país al exilio con ellos esperaban. En lugar de preparar un ataque militar el miércoles, la CEDEAO le dio más tiempo a Gbagbo, quien ya ha sido presidente cinco años más allá de su mandato, debido al caos que reina en el país.
El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, cuyo país es el integrante más fuerte de la CEDEAO, dijo que la delegación regresará a Abiyán el lunes próximo.
«Siempre que haya alguna diferencia, cada vez que haya un desacuerdo, será el diálogo el que resuelva los problemas», dijo Jonathan en la capital nigeriana, Abuja, donde tiene su sede la CEDEAO. «El diálogo está en marcha. Nos están alentando para que regresemos», agregó.
Naciones Unidas declaró que Gbagbo perdió la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del 28 de noviembre. La ONU %u2014que se encarga de certificar los resultados de la elección_, Estados Unidos y otras potencias mundiales han insistido en que Gbagbo ceda el poder a Ouattara.
Gbagbo, sin embargo, alega que es el consejo constitucional de Costa de Marfil en que lo ha declarado como el ganador legítimo.
El consejo, que está dirigido por un aliado de Gbagbo, hizo el anuncio después de desechar medio millón de votos emitidos en los bastiones de Ouattara, en el norte del país, alegando que hubo actos de violencia e intimidación en contra de los partidarios de Gbagbo, lo que significaba que los resultados de esas zonas debían ser invalidados.
El principal enviado de la ONU a Costa de Marfil ha puesto en duda esa evaluación.