Una huelga del transporte público mantenía hoy casi paralizado al país un día después de que el gobierno de Evo Morales decretara un alza de entre el 73% y el 99% de las gasolinas.
La Confederación de Choferes de Bolivia decretó un paro en protesta por la medida y hasta que se definan nuevas tarifas del transporte, informó el dirigente Franklin Durán.
La medida era acatada en las principales ciudades según las imágenes difundidas por televisoras locales. No ha habido información oficial inmediata sobre la situación.
El gobierno autorizó el uso de camiones militares en La Paz para transportar a la gente. No obstante, disminuyeron las largas filas de vehículos en las estaciones de abastecimiento de combustibles como se observó ayer tras el «gasolinazo», como se nombró popularmente a la medida.
Después de seis años de mantener congelados los precios, el gobierno casi eliminó la subvención a los carburantes. La gasolina subió en 73%, el diesel en 83% y el jet fuel en 99%, en el ajuste más duro de los últimos años. No obstante, el precio del gas doméstico mantiene su precio y la subvención estatal. Los anteriores gobiernos optaron por ajustes graduales.
El vicepresidente ílvaro García quien anunció el alza el domingo en ausencia de Evo Morales, dijo que el ajuste era necesario debido al contrabando de combustibles y la subvención estatal que en 2010 llegará a los 500 millones de dólares, según cifras oficiales.
Un tercio de los ingresos que genera el gas natural, el principal producto de exportación, iba a subvencionar a los combustibles, dijo el experto en asuntos energéticos Frachesco Zaratti.
Morales se encontraba el domingo en Venezuela a donde llevó ayuda humanitaria para damnificados por recientes inundaciones. Regresó el lunes en la madrugada.
El ajuste generó incredulidad en la gente que hoy se mantenía expectante sobre la posibilidad de incrementos en las tarifas del transporte y, por ende, el precio de los alimentos.
«Fue un regalo de Navidad que dolerá mucho», dijo un chofer de taxi que declinó identificarse mientras esperaba cargar su coche de gasolina.
Morales nacionalizó los hidrocarburos en 2006 con la promesa de industrializarlos, pero la producción de gasolina, diesel y gas doméstico continuó su descenso y como consecuencia aumentó la importación de los mismos que el gobierno vendía al mercado local a precio subvencionado.
El alza del precio de los combustibles se suma a las malas noticias cerca de finales del año: según cifras oficiales el crecimiento del PIB será del 4% y no del 4,5% como había previsto el gobierno, uno de los más bajos de la región.
Además, la inflación podría cerrar en torno al 6%, dos puntos por encima de las estimaciones oficiales. La producción de minerales, segundo rubro de exportación, cayó en 3,7% respecto al año pasado en pleno auge de los precios internacionales.