Existe en Estados Unidos una fuerte preocupación por los abusos que la Reserva Federal ha estado cometiendo últimamente. Yo he hecho un pequeño análisis de lo sucedido al pueblo americano y estoy convencido que la debacle financiera que sufrieron tuvo sus orígenes en la regulación del sistema monetario y financiero.
¿Por qué los Estados tienden a regular los mercados financieros con mucho más fuerza y detalle que otros negocios privados? Es una pregunta que hay que hacerse y pensarla profundamente. Yo supongo que la razón pasa por el fuerte control que a los gobernantes les gusta tener sobre los gobernados, pero alguien nombró una más importante y todavía más lógica: Los políticos deben de administrar a su cartera de clientes y el sector financiero es regularmente un cliente muy importante. Un cliente en política es alguien a quien se le entregan privilegios a cambio de apoyo político o económico. Los políticos tienden a mantener una capa de privilegios dados a las instituciones financieras desde que los políticos descubrieron que creando la regulación financiera y los bancos centrales podían manejar el sistema financiero de los pueblos.
La mayoría de sistemas financieros actuales sólo dejan lugar para bancos y aseguradoras de enorme capital, nadie puede por ley, empezar un negocio pequeño de préstamos o seguros sin pasar por la costosa burocracia, regularmente conformada y dirigida por los mismos dueños de las instituciones financieras vigentes.
Ya Estados Unidos lo ha sufrido en varias ocasiones, no digamos nosotros o el paradigmático caso irlandés. El monopolio de la emisión de la moneda y la política monetaria que regularmente manejan los bancos centrales del mundo pueden acabar con imperios completos o con los escasos avances al desarrollo logrado por individuos. Las sociedades tendemos a inmolarnos financieramente, todos reprochamos de los políticos, pero les entregamos todo para que lo manejen a su sabor y antojo o al sabor y antojo de sus clientes. Y es que no hay otra forma de hacerlo, los bancos centrales son por naturaleza políticos y la única forma de eliminar este riesgo es eliminando la naturaleza tutelar del Estado sobre las instituciones financieras. Creo firmemente que la humanidad eventualmente se dará cuenta que las cosas salen mejor sin banco central, y que la imperfección del mercado financiero será mucho menor que los erráticos pasos políticos de los encargados de la política financiera. Mientras tanto los pueblos piden más regulación a gritos, sin percatarse que la administración del sistema está hace años en manos de los reguladores y no se puede decir que hayan tenido éxito sino todo lo contrario, Basileas van, Basileas vienen y el asunto cada vez peor. Existen otros métodos que se han utilizado antes con mucho mayor éxito que el de los bancos centrales, lo que pasa es que ya hace unos buenos años que estos métodos no se utilizan y los ejemplos empiezan a quedar tan lejos que difícilmente los estudiamos.
Si no lo cree pregúntese: ¿Qué hacíamos antes de que existiera el Banco de Guatemala? ¿La Reserva Federal? ¿Cómo podía vivir la gente? ¿Cómo compraba? ¿Cómo ahorraba?
Lo único que le puedo asegurar es que hacía todas esas actividades con métodos mucho más sanos y eficientes. Con un común denominador, la responsabilidad no era socializada y por lo tanto el riesgo era medido con mucha cautela. El sistema era mucho más seguro, mucho más justo y estaba en manos de las personas y no de los políticos, las personas asumían las pérdidas en lo individual o en mutualidad, pero sin la costosa regulación.
Claro que entonces existían riesgos y fraudes, al igual que ahora, pero los efectos sobre el total del sistema eran marginales en comparación a las debacles que causan actualmente los políticos. ¡Feliz Navidad!