Hallazgo sobre el Evangelio según San Mateo


Antes del año 1994, creí­ase que un fragmento de papiro con texto del evangelio según San Juan, era el más antiguo de los fragmentos que habí­an sido hallados con textos de los evangelios. Ese fragmento data del segundo siglo de la Era Cristiana, y pertenece a la biblioteca John Rylands, de Manchester. Empero, precisamente en aquel mismo año, Carsten Peter Thiede, director del Instituto para la Investigación Epistemológica Básica, de Paderborn, Alemania, reclamó ser el autor de un extraordinario hallazgo: fragmentos de papiro con texto del evangelio según San Mateo eran más antiguos.

Luis Enrique Pérez

Los fragmentos habí­an sido donados al Colegio Magdalena, de Oxford, en el año 1901. El donador fue el reverendo Charles Bousfield Huleatt (1863-1908), quien los habí­a encontrado en Egipto. En ambos lados de los fragmentos aparecí­an palabras griegas del capí­tulo 26 del evangelio. El texto no era original. Era una copia; y lo era porque el texto habí­a sido escrito en el papiro de un códice, y el texto original tení­a que haber sido escrito en el papiro de un rollo; pero, aunque el texto fuera copia, era más antiguo que el fragmento con texto del evangelio según San Juan.

El códex, o códice, consistí­a en hojas unidas de tal manera que formaban un libro similar al libro actual. Las hojas así­ unidas podí­an tener hasta 12 metros de longitud. El rollo consistí­a en hojas de papiro, o también de pergamino, o de cuero, o de piel de becerro, unidas de tal manera que, precisamente, se enrollaban y desenrollaban. Algunos de los rollos en los cuales estaban originalmente escritos los evangelios, no subsistieron. Otros subsistieron; y entre los que subsistieron, algunos quedaron guardados en las cuevas de Qumran. Estas cuevas están situadas en una planicie desértica del Mar Muerto.

Carsten Peter Thiede afirma que los fragmentos de papiro con texto del evangelio según San Mateo datan desde antes del año 70 de la Era Cristiana. Varios historiadores, teólogos y lingí¼istas habí­an conjeturado que los autores de los evangelios habí­an sido personas que habí­an conocido a Jesús, o por lo menos habí­an obtenido información de quienes lo habí­an conocido; pero no podí­an demostrar que sus conjeturas eran válidas. Según Thiede, los fragmentos con texto del evangelio según San Mateo demuestran que, por lo menos en el caso de ese evangelio, esas conjeturas pueden ser válidas; pues si el texto fue escrito antes del año 70, entonces el autor pudo haber conocido a Jesús, o por lo menos pudo obtener información de alguien que lo conoció.

Aparentemente el autor del evangelio según San Mateo no es el apóstol Mateo, que era recaudador de tributos. El nombre completo de Mateo era Levi-Mateo, quien es mencionado en el evangelio mismo, y en los evangelios según San Marcos y según San Lucas. En el Nuevo Testamento es mencionado por última vez en Los Hechos de los Apóstoles. Posteriormente lo menciona por primera vez el teólogo e historiador Papias, obispo de Hierapolis, que vivió en el final del primer siglo y el comienzo del segundo siglo de la Era Cristiana. En el final del segundo siglo lo menciona también Heracleón, quien dirigió una escuela gnóstica italiana.

Post scriptum. Probablemente el autor del evangelio según San Mateo fue un judí­o cristiano (cuyo nombre se ignora). Hablaba el idioma griego, y viví­a en una iglesia de Antioquí­a, que era una ciudad de Siria. Esa ciudad tení­a una gran población de judí­os y de gentiles; y a ella estaba dirigido el evangelio según Mateo.