El presidente Barack Obama cumplió hoy una promesa de campaña al firmar una ley histórica que puso fin a la política de que gays y lesbianas oculten su orientación sexual en las fuerzas armadas, declarando que el gobierno ya no le pedirá a sus soldados y marinos que mientan por omisión.
«Este es un buen día», dijo un Obama sonriente. «Este es un día muy bueno», insistió.
La nueva ley pondrá fin a la política que durante 17 años obligó a los homosexuales a esconder su orientación sexual, so riesgo de ser despedidos. La derogación ocurre mientras la opinión pública se ha vuelto más tolerante en general sobre cuestiones como el matrimonio entre homosexuales y los derechos de los gays y lesbianas.
«Les digo a todos los estadounidenses, homosexuales o heterosexuales, que sólo quieren defender a este país portando un uniforme, que su país los necesita, su país los requiere y que tendremos el honor de darle la bienvenida a las filas de los mejores militares que el mundo haya conocido», dijo Obama.
Rodeado por altos oficiales militares y congresistas en la ceremonia de firma, Obama dijo que se sentía orgulloso de firmar la ley, que fortalecerá la seguridad nacional. Obama dijo que el gobierno «no demorará» en aplicar la nueva ley.
El cambio no será inmediato. La ley requiere que los jefes militares completen los planes de aplicación antes de anular la vieja política que prohibía declarar la orientación sexual y asegurar al Congreso que no afectará el desempeño en combate, como sostienen los detractores.
La ceremonia representó un momento significativo para la comunidad gay de Estados Unidos, sus fuerzas militares y el propio Obama. El presidente prometió durante su campaña de 2008 que derogaría la ley y afrontó la presión de los liberales, que se quejaban de que no estaba actuando con suficiente rapidez al respecto.
Para Obama, fue la segunda ceremonia de firma de un proyecto de ley de alto perfil en una semana. El viernes pasado promulgó un paquete fiscal que negoció con los republicanos a fin de extender por dos años más las tasas fiscales que databan del gobierno de George W. Bush, se redujeron los impuestos de nómina y se aseguró por un año más el subsidio a los desempleados.