Tututi cutu


¡Ya empezaron las posadas! Una tradición de antaño que recrea el pasaje histórico de José, Marí­a y el niño Jesús huyendo a Egipto para salvaguardar su vida, integridad fí­sica y libertad. Esa historia del cristianismo católico que habla del sufrimiento y angustia padecidos por la familia de José, simboliza a los millones de peregrinos y migrantes que a lo largo de miles de años de existir la humanidad, han sido ví­ctimas de persecución y represión del poder polí­tico, por motivos de raza, ideologí­a, cultura, religión o condición económica. La imagen de ese grupo familiar huyendo, recorriendo enormes distancias, cruzando fronteras, pidiendo posada, rogando asilo y protección, se repite una y otra vez, aquí­ y en otras partes del mundo. Es la misma historia e imagen de cientos de miles de hombres, mujeres y niños que hoy emigran o huyen hacia otros paí­ses en busca de mejorar sus condiciones de vida, proteger su vida e integridad.

Factor Méndez Doninelli

En la tradición chapina navideña, las imágenes de la familia de peregrinos migrantes, cargadas en hombros por niños y adultos, recorre las calles de una casa a otra, sea a pie o en vehí­culos, pidiendo posada para pasar la noche. La procesión es animada por cánticos tradicionales de la época y el inconfundible sonido combinado que usted sólo escucha una vez al año, surgido de la caparazón de tortuga, chinchines, pitos y tambores que al acompasado ritmo del tututi cutu…tututi cutu, anuncian el paso de la familia perseguida hacia una nueva casa, donde recibirá posada por otra noche. A partir del 15 diciembre de cada año, la posada suele verse en todo el paí­s y en la tradición católica cristiana, es el mejor anuncio del ambiente navideño. Desde luego, la casa que recibe a los peregrinos, está ambientada, no faltan los tí­picos olores a pino, la manzanilla, el tamal y la infaltable bebida tí­pica, el ponche, infusión a base de frutas secas, azúcar y otros condimentos que forman parte de la receta secreta de las abuelas. Por supuesto que, ponche hay para todos los gustos, con piquete o sin. También puede pasar, que se arme una gran pachanga hasta el amanecer. Así­ pues, las posadas ya empezaron y el tututi cutu…tututi cutu, ya se oye en los barrios, aldeas, ciudades del paí­s.

A lo mejor alguna vez en nuestra vida, de niños o adultos, hemos visto o participado de alguna posada. Recuerdo cuando niño, que en casa de mis abuelos se recibí­a a los peregrinos, luego siendo estudiante de secundaria, militando en la juventud patriótica, organizábamos una posada para poder reunirnos, acordar acciones comunes o intercambiar libros y documentos, cosas que no podí­amos hacer en situación normal, por la represión polí­tica de la época, además como jóvenes adolescentes, esas históricas posadas fueron tremendos «repasos» al ritmo del «rock», merengue y «twist», música de moda impuesta por Elvis y los Beatles. ¡Ah, juventud divino tesoro, te fuiste para no volver!

Y si usted no ha participado antes de una posada y quiere hacerlo, hágalo ahora, incorpórese, participe y acompañe la posada de las y los desaparecidos, por el juicio y castigo a los responsables. La invitación es para mañana sábado 18 diciembre en el parque Morazán (zona 2) de la ciudad. El recorrido por el Centro Histórico será, hacia Casa Presidencial, Ministerio Público y Corte de Constitucionalidad. Esta actividad es organizada y convocada por H.I.J.O.S. Guatemala, en memoria de las victimas de desaparición forzada y para exigir justicia.