Un periodista ganador del premio Pulitzer que cubrió la política presidencial y el tiroteo del 2007 en el Tecnológico de Virginia para el diario The Washington Post reveló ayer que es un migrante indocumentado.
José Antonio Vargas dijo a la cadena televisiva ABC News en una entrevista que será transmitida hoy y mañana que es uno más de millones de migrantes sin papeles que viven en Estados Unidos con ese secreto.
WASHINGTON / Agencia AP
También relató su historia en un ensayo escrito para la revista New York Times Magazine que fue publicado ayer en internet.
«Estoy cansado de huir», escribió Vargas. «Ya no quiero esa vida».
Al solicitársele un comentario, refirió a su equipo de relaciones públicas, el cual no lo hizo por el momento.
En las entrevistas con ABC, Vargas dijo que quiere presionar al Congreso para aprobar una iniciativa de ley denominada Dream Act, la cual permitiría que personas como él, que llegaron a Estados Unidos cuando eran niños, se conviertan en ciudadanos.
Cuando Vargas tenía 12 años y radicaba en las Filipinas, su madre lo llevó al aeropuerto y lo envió a California para que viviera con sus abuelos, recordó. No supo de su situación migratoria sino hasta cuatro años después, cuando solicitó un permiso de conducir y le entregó su tarjeta verde a un empleado.
«Esta es falsa», le dijo el empleado del Departamento de Vehículos Motorizados, de acuerdo al relato de Vargas. «No vuelva a pararse por acá».
Vargas afrontó a su abuelo, quien reconoció que compró la tarjeta verde y otros documentos falsos.
«Recuerdo que la primera reacción instintiva fue: ‘Bueno, se acabó, quítate el acento (latino)»’, dijo a ABC. «Porque pensé para mis adentros que no podía darles ningún motivo para llegaran a dudar de que soy estadounidense».
Se convenció de que si se esforzaba trabajando y lograba progresar, sería recompensado con la ciudadanía, escribió Vargas en la revista.
Con el apoyo de una directora de secundaria y un supervisor educativo regional, que se convirtieron en sus padres sustitutos, consiguió una licencia de conducir en otro estado y la posibilidad de hacer prácticas en los periódicos The San Francisco Chronicle y Daily News de Filadelfia. Luego recibió un ofrecimiento laboral de The Washington Post.
Ya como trabajador formal del Post, acudió con la licencia falsa a cubrir hechos en Washington, incluso una cena oficial en la Casa Blanca, recordó Vargas.
En la revista, afirmó que casi lo paralizaba la ansiedad de que fuera a ser descubierto en el Post. Finalmente se lo comunicó a su mentor, Peter Perl, ahora director de capacitación del diario. Perl le dijo que ya que cuando lograra más éxitos, le expusieran la situación al entonces director editorial Leonard Downie Jr. y al presidente del Post, Don Graham, en una reunión. Ellos guardaron el secreto hasta que Vargas dejó el periódico.
Ayer, el vocero de The Washington Post, Kris Coratti, condenó enérgicamente las acciones de Vargas y Perl.
«Lo que hizo José estuvo mal. Lo que hizo Peter estuvo mal», dijo Coratti, sin tocar asuntos personales. «Estamos revisando también nuestros procedimientos internos, y consideramos que éste fue un incidente aislado de engaño».
A Perl se le pidieron declaraciones en un correo electrónico.
Vargas compartió el Premio Pulitzer por la cobertura del Post sobre el tiroteo en el Tecnológico de Virginia. En el 2006 redactó una serie de artículos sobre la epidemia del sida en Washington, la cual inspiró la filmación de un documental. El año pasado, escribió una semblanza del director general de Facebook, Mark Zuckerberg, para la revista The New Yorker.
Originalmente, el Post planeaba publicar la historia de Vargas, pero decidió no hacerlo. Coratti no habría dicho la razón.
«Realmente pensamos que es una historia para contar en primera persona y estamos contentos de que Vargas haya encontrado un lugar para escribir sobre su historia», dijo Coratti.
En un artículo publicado el miércoles en el sitio en internet del Post, el diario informó que en marzo Vargas se acercó a su antiguo periódico para escribir sobre su historia. Iba a ser publicada el domingo. Pero el director ejecutivo Marcus Brauchli la eliminó varios días antes de su publicación. Brauchli se negó a hablar sobre las razones con un reportero del mismo diario.
Cori W. Bassett, vocera del Servicio de Inmigración y Control Aduanas, no quiso comentar en específico sobre el caso de Vargas pero dijo que la oficina da prioridad a casos que representan la amenaza más importante para la seguridad pública.
El miércoles, el periodista —que más recientemente colaboró para Huffington Post— lanzó una campaña llamada Define Estadounidense para utilizar historias de inmigrantes como él para pedir al Congreso y al gobierno del presidente Barack Obama para que emprendan una reforma migratoria. El director y superintendente de su secundaria se sumaron como miembros de la junta.