Un gobernador opositor fue destituido hoy y reemplazado por un oficialista en medio de acusaciones al gobierno de Evo Morales de alentar un plan para tomar los cargos controlados por la minoritaria oposición.
La asamblea legislativa del sureño departamento de Tarija, bajo control del oficialismo, destituyó al gobernador Mario Cossío para que afronte un juicio por irregularidades en su administración.
«Este es un plan golpista propiciado por Morales en complicidad con fiscales y jueces controlados por un gobierno que quiere derrocar a todo el que se opone para tener el poder total», acusó Cossío poco antes de ser relevado en una acalorada sesión que concluyó en la madrugada del jueves.
El legislativo regional designó al oficialista Lino Condori como gobernador interino. Cossío había sido reelecto en abril en reñidos comicios locales.
Otros dos funcionarios opositores han sido destituidos por cargos judiciales: el alcalde de Sucre, Jaime Barrón, y el de Potosí, René Joaquino. Barrón fue acusado de «instigar acciones racistas» y Joaquino de causar daño económico a su municipio. En tanto el alcalde de La Paz, Luis Revilla, podría ser el siguiente después de que un fiscal presentó el miércoles cargos en su contra por peculado.
También el gobernador de Santa Cruz, Rubén Costas, y el de Beni, Ernesto Suárez, ambos opositores, tienen demandas judiciales.
El presidente del Senado, el oficialista René Martínez, dijo que no hay persecución política a los opositores sino cargos judiciales por delitos.
El gobierno aprobó una ley que permite la destitución de autoridades sólo con la denuncia de un fiscal.
La oposición denunció en varias ocasiones una supuesta «escalada autoritaria» del gobierno en complicidad con jueces y fiscales a la que llamó «guillotina judicial». Las denuncias fueron respaldadas por obispos católicos.
Morales tiene el control del Legislativo y designó jueces tras su reelección en 2009 con el 64% de los votos. Tres de las nueve gobernaciones estaban en poder de la oposición.
En Tarija están las mayores reservas de gas y petróleo, la principal riqueza del país, y la gobernación administra regalías por unos 200 millones de dólares al año.
Morales enfrentó hace dos años una dura arremetida opositora de cuatro gobernadores conservadores, entre ellos Cossío. El mandatario denunció entonces un plan para derrocarlo, pero liquidó a sus enemigos en las urnas. A partir de allí su gobierno buscó ampliar el control de las regiones dominadas por la oposición.
Bajo la administración de Morales Bolivia vive una ampliación de la democracia pero también una concentración del poder en una sola fuerza política, comentó el profesor universitario Fernando Mayorga.
Organizaciones afines a Cossío llamaron a un paro en Tarija el jueves y viernes «en defensa de la democracia».