El presidente Barack Obama declaró el jueves que se han realizado avances significativos para desarticular a al-Qaida y combatir el Talibán, y ratificó su promesa de iniciar el retiro de las fuerzas estadounidenses de Afganistán en julio.
El presidente advirtió que restan tiempos arduos y que la guerra seguirá siendo un «emprendimiento muy difícil».
Al presentar un estudio de su estrategia bélica, que cumplió un año, Obama dijo que el objetivo no es derrotar todas las amenazas a la seguridad de Afganistán ni construir el país. Estados Unidos, dijo, sigue vertiendo sangre tras 10 años de guerra para desmantelar la red al-Qaida y derrotar el Talibán.
«Estamos encaminados hacia nuestros objetivos», dijo Obama desde la Casa Blanca.
Añadió que los progresos no han sido suficientes en Pakistán, donde los terroristas siguen encontrando refugio. Y el mandatario advirtió que los logros del último año %u2014 a costa de más vidas estadounidenses que en cualquier otro momento de la guerra %u2014 son frágiles y reversibles.
Las conclusiones y las palabras de Obama apuntan a una larga presencia estadounidense en esa nación asiática. El objetivo de la coalición que encabeza Estados Unidos es entregar las tareas de seguridad a las fuerzas afganas en el 2014.
Además, no están claras la premura y cuantía del repliegue estadounidense. «No lo sabemos en este momento», dijo a los periodistas el secretario de Defensa Robert Gates y expresó esperanzas de que la paz progrese según las condiciones locales.
Estados Unidos tiene unos 100.000 combatientes en Afganistán, respaldados por otros 40.000 efectivos de la OTAN.
El tema decisivo en los próximos meses será el grado de cooperación que Estados Unidos pueda obtener de Pakistán para desalojar a los terroristas de su territorio. Obama, que amplió la campaña bélica en forma significativa y se centró en la derrota de al-Qaida, se mostró satisfecho con los avances logrados.
«En resumen, al-Qaida está a la defensiva», insistió el mandatario. «Llevará tiempo derrotar a al-Qaida, que sigue siendo un enemigo inmisericorde y habilidoso empeñado en atacar a nuestro país. Pero no lo duden. No descansaremos en la disolución y desmantelamiento de esa organización terrorista».
La guerra de Afganistán comenzó semanas después de los atentados del 11 de septiembre del 2001 y es uno de los conflictos bélicos más prolongados en la historia de Estados Unidos.
Gates rechazó las sugerencias de que la revisión podría ser excesivamente optimista, e insistió que las posibilidades de éxito y los logros reportados han sido realistas.