Ni qué duda cabe, que Arturo Valenzuela, subsecretario de Estado para asuntos del hemisferio occidental de Estados Unidos, nos vino hacer una visita a los guatemaltecos que la podríamos calificar de providencial, muy cerca de milagrosa; porque con solo su presencia, el Presidente, dio señales de estar vivo, aunque solo haya sido durante la fugaz estadía de Arturo Valenzuela; en los tres años y medio que lleva sentado en el banco presidencial sin hacer nada, ni siquiera haber dado señales de vida, vean por dónde, el visitante lo activó.  Detuvieron en tiempo récord a cinco de los presuntos rescatistas del asesino del deportista; es la segunda vez en el mandato del presente Administrador General de la Nación, que vemos helicóptero en la captura, también hay que decir que lo mismo ocurrió con la captura del ex presidente Portillo, no cabe duda que los tratos con el vecino del norte, son eficientes; estoy boquiabierta también de ver la agilidad que demostró el Ministro de Gobernación en las declaraciones respecto al asesinato de la socióloga vilmente muerta en Huehuetenango.  Todo hay que decirlo, es la primera vez que se espabila el Ministro, que se ha mantenido, en estado de profundo sopor: no sabe, no responde a las preguntas que se le hacen en el Congreso, menos a los medios informativos, a pesar de haber constituido en épocas pasadas al gremio del periodismo. Respecto a la fallida captura del presunto capo, que nunca llegó a las instalaciones de Tikal Futura, y tampoco supo qué revelar por el macabro asesinato, cuando  la misma policía masacró al pastor; jamás le dio una explicación al pueblo, ni a la familia, ni siquiera dieron el pésame, por la torpeza en la operación Tikal Futura.  De los hechos puedo deducir que policías y ladrones acribillan a la población civil, sin una justa explicación.