Campaña en pro de WikiLeaks se refuerza


Vista del sitio por Internet PayPal, que recientemente canceló la cuenta de WikiLeaks para recibir donaciones. FOTO LA HORA: AFP Karen BLEIER

La campaña a favor de WikiLeaks se reforzó hoy con respaldos del presidente de Brasil y el primer ministro de Rusia a su creador, Julian Assange, y más ciberataques contra firmas deseosas de silenciar al portal que reveló los entresijos de la diplomacia estadounidense.


El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula Da Silva, fue el primer jefe de Estado que defendió públicamente a Assange desde que éste fue detenido el martes en Londres en cumplimiento de la euroorden emitida por Suecia en un caso de presuntos delitos sexuales.

El mandatario brasileñó expresó a WikiLeaks su «solidaridad» por la divulgación de los cables del departamento de Estado norteamericano, y su «protesta (contra el cercenamiento de la libertad de expresión».

Assange «desnuda una diplomacia que parecí­a inalcanzable, la más correcta del mundo (…) Y lo detienen y así­ comenzó una búsqueda (para apresarlo) (…) no veo ni una protesta (por) la libertad de expresión», destacó durante una ceremonia en Brasilia.

Dos horas más tarde, fue el turno del primer ministro ruso, Vladimir Putin, también cuestionó la detención. «Si hablamos de democracia, tiene que ser total. ¿Por qué han encarcelado a Assange? ¿Es esto la democracia?, declaró en una rueda de prensa en Moscú.

Poco después, la Alta Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, expresó preocupación por las presiones ejercidas sobre las empresas que trabajan con WikiLeaks a raí­z del inicio de la divulgación de los 250.000 documentos confidenciales.

Mientras los polí­ticos hací­an oí­r su voz, un grupo de ciberactivistas autodenominado Anonymous intensificaba su «Operación Venganza», y amenazaba con un ataque inminente contra el gigante estadounidense de ventas por internet Amazon.

«Objetivo: WWW.AMAZON.COM», escribieron en su perfil de Twitter «@Op_Payback».

Anonymous, un grupo que se organiza principalmente a través de un foro de internet, se atribuyó los ciberataques de las últimas horas contra contra las empresas de tarjetas de crédito MasterCard y Visa, y antes de otros grupos que bloquearon los medios de financiación de WikiLeaks y de Assange.

Un por un portavoz del grupo, informático de profesión, que se presentó con el nombre de guerra de «Coldblood» (sangre frí­a), explicó este jueves en la radio británica BBC que Anomymous llevaba a cabo «una guerra informática» para «mantener internet abierto y gratis para todo el mundo».

«La campaña marcha bien y cada vez más gente se está uniendo y ayudando», agregó destacando un rápido incremento de las descargas de la herramienta que permite llevar a cabo los ataques distribuidos de denegación de servicio (DDOS), que consisten en bloquear o al menos sobrecargar una web accediendo a ella simultáneamente desde un gran número de equipos.

La web de Anonymous (anonops.net) no podí­a sin embargo consultarse este jueves, como tampoco su página en la red social Facebook.

Los ciberpiratas también atacaron otras webs en Suecia, paí­s que busca la extradición de Assange para interrogarlo.

Según el diario Aftonbladet, las háckers forzaron el jueves de madrugada el cierre durante varias horas del portal internet del gobierno sueco (www.regeringen.se), aunque esta luego volvió a funcionar.

En los últimos dí­as, otros blancos fueron los portales de la fiscalí­a sueca y de los abogados de las dos mujeres que acusan a Assange de «violación y agresión sexual».

Además, fueron atacadas las páginas de la ex candidata republicana a la vicepresidencia de Estados Unidos, Sarah Palin, y del senador estadounidense independiente Joe Lieberman, dos de los polí­ticos que lideran la oposición a WikiLeaks y a Assange en su paí­s.

Mientras tanto, Assange pasaba su segundo dí­a en la prisión londinense de Wandsworth, donde este jueves debí­a recibir la visita de sus abogados para preparar la vista del próximo dí­a 14, en el que volverán a pedir su liberación.

Los abogados han anunciado desde el principio su intención de luchar contra su extradición a Suecia, por temor a que no sea más que una etapa antes de su entrega a Estados Unidos.

Este paí­s, cuya indignación fue en aumento desde el inicio de la publicación, el 28 de noviembre, de 250.000 cables confidenciales de su diplomacia a través de cinco periódicos de prestigio mundial, ha anunciado su intención de entablar acciones judiciales contra Assange, aunque por el momento todaví­a no lo ha hecho.

LULA Crí­tica enérgica


El presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva expresó este jueves una enérgica protesta por la detención del creador de WikiLeaks, el australiano Julian Assange, y manifestó su solidaridad con el sitio que divulgó miles de documentos secretos de la diplomacia estadounidense.

«WikiLeaks, mi solidaridad por la divulgación de las cosas, y mi protesta (contra el cercenamiento) de la libertad de expresión», afirmó el mandatario en Brasilia durante una ceremonia de divulgación de los resultados del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC).

Assange «desnuda una diplomacia que parecí­a inalcanzable, la más correcta del mundo, y así­ comenzó una búsqueda (para apresarlo). Y lo detienen y no veo ni una protesta (por) la libertad de expresión», destacó el presidente.

Por ello, pidió a sus asesores que el Blog de Planalto, una página de Internet donde Lula divulga sus acciones de gobierno, mencione el reclamo: «Pueden poner en el Blog de Planalto el primer voto de protesta, por la libertad de expresión en internet», dijo.

En la visión de Lula, el sitio web creado por Assange divulgó «apenas lo que él leyó. El culpable por eso no es quien divulgó (esos cables) sino quien los escribió. Cúlpese a quien escribió esas tonterí­as».

El mandatario brasileño incluso envió un claro mensaje a los diplomáticos brasileños y a su sucesora en el poder, la presidente electa Dilma Rousseff.

«No sé si mis embajadores pasan esos telegramas. Pero Dilma debe saberlo y hablar con su ministro (de Relaciones Exteriores): si no tienen nada que escribir, que no escriban tonterí­as. Que pasen su mensaje en blanco», dijo el presidente brasileño.

Para Lula, «es hasta gracioso, porque no hay nada en defensa de la libertad de prensa y contra la prisión de un muchacho (Assange) que estaba dejando al desnudo un trabajo menor que algunos embajadores estaban haciendo».

Assange se encuentra detenido en una cárcel británica acusado de presuntos delitos sexuales. El sitio WikiLeaks inició el 28 de noviembre la publicación de 250.000 cables confidenciales del departamento de Estado norteamericano.

Desde el estallido del escándalo, las cuentas bancarias personales de Assange y de WikiLeaks fueron bloqueadas, y el propio sitio web pasó a operar con proveedores de acceso en diversos paí­ses para evitar las constantes interrupciones de servicio.

La semana pasada, Lula habí­a minimizado el caso, alegando que los temas divulgados sobre Brasil «son tan insignificantes que no merecen ser tomadas en serio».

«Están desnudando una sabidurí­a, se pensaba que los americanos eran mejor que los otros, y al final hacen las mismas tonterí­as que todo el mundo hace», habí­a ironizado el mandatario durante una entrevista a radios comunitarias.

Entre los cables divulgados, varios hacen referencia a la preocupación de los diplomáticos estadounidenses con la resistencia brasileña a adoptar una legislación antiterrorista, así­ como con aspectos de seguridad para la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y los Juegos Olí­mpicos de 2016 en Rio de Janeiro.

Tres cables enviados por la embajada a Washington hacen referencia a la negativa de Brasil a recibir detenidos en la cárcel estadounidense en Guantánamo, y otros analizan la licitación internacional en marcha para la compra de 36 aviones caza de última generación.