¡Visionarios! no del sueño americano Parte II


Seamos los guatemaltecos autores y actores de nuestras propias posibilidades, con esfuerzos, trabajos, sacrificios salariales y gananciales por todos; sin que ninguno se quede atrás en su propio paí­s latino. Proveamos pan para los hambrientos, trabajos para los brazos que no lo encuentran honradamente, tierras ociosas para ser sembradas por los que las merecen y no las tienen en grandes mayorí­as; y que todos tengamos con el sacrificio de todos, el costo justo y humano de la vida en alimentos básicos y demás productos nacionales, para sustento, cobijo, justicia y recreación sin que haya aislamiento entre los paí­ses latinoamericanos, ni discriminación para Norteamérica; tampoco distinción de clases sociales, compromisos polí­ticos interesados, ni ataques sistemáticos y obcecados, que mantengan el subdesarrollo de nuestros paí­ses en provecho siempre de los mismos, que así­ lo han mantenido y así­ lo quieren.

Santiago Villanueva Gudiel, svillanuevagudiel@hotmail.com

En vez de candados a los tesoros de cada nación como grilletes de inmovilidad; con ellos se dinamicen proyectos concretos, inteligentes, que las hagan productivas y prósperas, con directrices y lí­mites constitucionales, en vez de sueños aventureros que nos distancien a unos de los otros, o palabras prometedoras que luego se esfuman.

La ociosidad y la ingobernabilidad sin transparencia de probidad, serán siempre el caldo de cultivo de todo mal. La ociosidad encubre a irresponsables vividores que no trabajan, y si dilapidan el dinero a manirrotismo y fines polí­ticos ulteriores con proveerles a su ociosidad; o mantiene de ellos los reclamos de nunca terminar, lo que ya es una catástrofe permanente en nuestro paí­s que subsidia y extiende la pobreza. En vez de atender a madres y niños necesitados por la desnutrición y con hambre, que la padecen por fenómenos de la geografí­a donde nacieron y viven, o de la naturaleza, tal como las Naciones Unidas aconseja para Guatemala.

Serí­a mejor que en correcta gobernabilidad se dejara de premiar a los explotadores del prójimo, como a los vividores del Estado que son los más y muchos, que hacen riquezas deshonestas que ocultan en el paraí­so del robo al fisco y a su pueblo. No crear más procuradurí­as de nada a favor de lo bueno, ni nada en contra del mal común que nos azote, ni con salarios más altos del régimen de vida que se estile en cada paí­s, para el ahorro igualmente popular.

Que cesen ya en los paí­ses latinos los desfiles de huelgas que son causa de suciedad del decoro y decencia en ciudades y paredes con el cierre de calles, avenidas, carreteras, y tomas para obstaculizar la productividad del trabajo honrado, en pérdida de la economí­a del paí­s y su descrédito ante el mundo; que no son más que señuelos polí­ticos de gobiernos perdidos en la anarquí­a; que se esconde en las «asambleas permanentes de haraganerí­a»; la práctica deshonesta de no servir al humano; amenazadores de tomas de dependencias oficiales, y de hecho, usurpadores de las autoridades constituidas que es contra la integridad del Gobierno y de las instituciones sociales.

Es más que seguro que el periodismo serio, profesional y con madurez, siempre apoyará los sueños criollos, visionarios de soluciones positivas y reales; y no los sueños aventureros de los hambreadores del pueblo y fomentadores del subdesarrollo, que siembran dudas y elucubran crí­ticas no constructivas.