China, cuarta potencia económica mundial, pondrá en marcha un programa aeronáutico que pueda competir con los constructores europeo Airbus y estadounidense Boeing, lo que confirma su ambición de no ser sólo «el taller del mundo».
La decisión fue adoptada en una reunión del comité ejecutivo del Consejo de Estado (gobierno), el pasado 26 de febrero, y presidida por el Primer ministro Wen Jiabao, según el sitio internet del ejecutivo chino.
El comité «aprobó la creación de una sociedad por acciones para un (programa de) avión de gran tamaño y el lanzamiento del proyecto lo más pronto posible», subrayaron los medios oficiales.
China nunca ha escondido su ambición de desarrollar su propia tecnología en numerosos sectores estratégicos industriales, como la aeronáutica, el nuclear o el ferroviario, tras haberse beneficiado de transferencias de tecnología de los países occidentales.
«Tras 50 años de desarrollo de nuestra industria aeronáutica, tenemos las bases materiales y tecnológicas para desarrollar un avión de gran capacidad», según los responsables chinos, que no excluyen recurrir a cooperaciones internacionales.
«Se necesitarán probablemente tres años para lanzar este programa», opinó Cao Huiling, profesor de ingeniería aeronáutica en la Universidad de aviación civil.
«Tenemos la experiencia de aviones militares, y el presupuesto no sería un problema si el gobierno quiere que el proyecto esté coronado por el éxito», añadió.
Según estimaciones de Airbus divulgadas en noviembre pasado, los aviones de 100 a 220 plazas representarán un 70% del mercado mundial en los próximos 20 años (15.300 aparatos).
Además, una Asia en pleno crecimiento –y en particular, China– liderará la tendencia, debido al notable aumento del número de pasajeros.
Boeing y Airbus, que comparten el mercado aeronáutico chino de aviación civil, prevén una demanda china de 2.700 a 2.900 aparatos en los próximos 20 años.
Airbus pondrá en servicio en China, en 2009, su primera cadena de ensamblado fuera de Europa, en el puerto de Tianjin, no lejos de Pekín, aunque se esfuerza en evitar una transferencia total de tecnologías.
«Nuestro próximo competidor vendrá de China», advirtió el presidente del gigante estadounidense Boeing, James McNerney, añadiendo que «es falso creer que siempre habrá únicamente aviones Boeing y Airbus».
«Los chinos están bien preparados, tienen espíritu de empresa y un enorme mercado interior», añadió en reciente entrevista a la revista alemana Der Spiegel.
China ya desarrolló un avión de 100 plazas, el ARJ-21 («Advanced regional jet for the 21st century», avión regional de punta para el siglo 21), que realizará su vuelo inaugural en marzo de 2008.
Según responsables del programa ARJ-21, lanzado en 2002, citados la semana pasada por la agencia oficial China Nueva, este avión ya tendría unos 70 pedidos.