Una barriada diezmada por las pandillas respira con el Ejército


La Iberia era hasta hace un año una de las barriadas pobres más peligrosas de San Salvador, por ser un bastión de las pandillas que sembraban la violencia en el lugar, pero poco a poco recobra la tranquilidad con ayuda de una rigurosa vigilancia del Ejército.


Antes de que los militares llegaran en noviembre de 2009, la barriada tení­a altas tasas de delitos y violencia, pues era controlada por pandilleros de la temida Mara Salvatrucha o MS-13.

Asesinatos, asaltos y extorsiones eran frecuentes en este lugar que ahora cuenta con un pequeño puesto del ejército, al mando de un coronel que solo se identifica como «Halcón», por razones de seguridad.

«Tenemos todo un plan de vigilancia y seguridad diseñado, tenemos identificadas a las personas que se han dedicado a cometer delitos o a los pandilleros que operan en la zona», declaró el oficial a la AFP.

La barriada, donde viven casi 9.000 personas en precarias casas de bloques de cemento, está en la periferia noreste de la capital rodeada de otras colonias pobres, una estación de trenes y uno de los mercados públicos más grandes de la ciudad.

Los soldados instalaron su cuartel en una casa que otrora era una tienda muy surtida, cuya dueña fue asesinada por pandilleros por negarse a pagarles extorsiones.

Armados con fusiles M-16, los militares revisan minuciosamente cada vehí­culo que sale o entra de la barriada, mientras otros soldados patrullan a pie o en vehí­culos los pasajes y calles. También inspeccionan con regularidad las casas abandonadas, que antes serví­an de guarida a los pandilleros.

Antes del despliegue militar, ordenado por el presidente Mauricio Funes, en La Iberia prácticamente habí­an desaparecido los negocios por el temor a las pandillas.

Eso ha ido cambiando, pues de a poco han resurgido algunas tiendas y otros vecinos se atreven a vender bocadillos en las calles de la barriada, donde fueron borrados los grafitis de las pandillas.

El coronel «Halcón» explicó que pese a que la violencia ha mermado, en el lugar todaví­a «se lucha» con otros problemas, como la venta de droga en pequeña escala, en la que hay involucrada gente que no pertenece a las pandillas.

«Creemos que vamos por buen camino, pero hay que seguir trabajando con la comunidad», dijo Halcón, quien comanda la Fuerza de Tarea Marte.

El ministro de Defensa, general David Munguí­a, proclamó el jueves el avance en la lucha contra la violencia gracias al despliegue de 7.100 soldados en las ciudades, ordenado por Funes en noviembre del año pasado.

«Estamos teniendo éxito en contra de la delincuencia, todo este trabajo ha venido a romper la tendencia alcista que traí­a la delincuencia, sobre todo en los delitos que más han afectado a la población como son los homicidios y las extorsiones», declaró Munguí­a.

El ministro aseguró que antes del despliegue del ejército en tareas policiales, en El Salvador se contabilizaba un promedio de 15 asesinatos a diario, y ahora la cifra bajó a 10.