«La batalla definitiva» del español se disputa en Estados Unidos y la demografía es una gran aliada, pero existe el riesgo de que las nuevas generaciones de hispanos dejen de lado el idioma familiar, advierten libreros y expertos en la Feria del Libro de Guadalajara (FIL).
Las buenas perspectivas descansan básicamente en dos cifras. La primera es que actualmente en Estados Unidos viven unos 30 millones de potenciales lectores en español -un 10% de la población del país- de un total de 50 millones de hispanos, según cifras del Instituto Cervantes divulgadas el miércoles por su director, Ignacio Olmos.
La segunda, más impresionante, es el cálculo del mañana. «En 2050 se espera que se alcancen los 135 millones de hablantes de español y, por tanto, se convertirá en la primera comunidad hispana del mundo», dijo Olmos ante editores iberoamericanos reunidos en Guadalajara (este de México).
«La evolución del mercado del libro en Estados Unidos está indisolublemente ligada a la cuestión de la presencia del idioma», consideró.
Por ello Olmos pidió un esfuerzo común de autoridades y editoriales en el mercado estadounidense ya que allí, dijo, «se juega la batalla definitiva del español».
Pero los desafíos que ello implica no tardaron en aparecer en la charla.
«Estas cifras suenan fabulosas, pero de algún modo también hay una decadencia porque no todos los que hablan español leen en español» y la crisis golpeó con fuerza, advirtió Leylha Ahuile, presidenta de Promolatino, una agencia de mercadeo para el libro en español en Estados Unidos.
Las importaciones de libros en español en Estados Unidos desde América Latina crecieron en 2009 hasta los 91 millones de dólares desde los 78 millones del año anterior, pero las de España cayeron a 33 millones en 2009 desde los 27 millones de 2008, informó Fernando Zapata, director del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe.
En los pasillos de la FIL, la cita literaria hispana más importante del mundo con la presencia de unas 1.900 editoriales, las distribuidoras de libros en español creen que lo peor ya ha pasado.
«Este año fue mejor que el anterior, que fue muy duro por la crisis. Hubo muchos recortes de presupuestos de las bibliotecas públicas en Estados Unidos, grandes compradoras, y muchas hasta cerraron», explicó a la AFP Ernesto Larosa, coordinador del departamento español del gigante de distribución para bibliotecas Brodart.
A mediano y largo plazo, el reto es trabajar en «esa edad en la que los jóvenes no quieren leer en español porque el inglés se convierte en su primer idioma», advirtió Laura Bejarano, especialista de Baker & Taylor, uno de los mayores distribuidores editoriales del mundo.
¿Cómo atraerles? Con libros que se enfoquen en asuntos que les conciernen, no fomentando compartimentos estancos entre las minorías de cada país hispano y potenciando la oferta del libro electrónico, fueron consejos que escucharon los editores.
«Los hispanos están leyendo menos periódicos y menos revistas en español, lo que implica que leerán menos libros. Pero a la vez tienen una tendencia del doble de los no hispanos a leer «E-books» porque es una comunidad muy joven», describió Ahuile.
En el fondo, se concluyó en el foro, parece más plausible ver ese 10% de oferta editorial en español en Estados Unidos, que podría existir por las cifras de población, en las tiendas virtuales que en los estantes de las grandes cadenas de librerías como Border»s o Barnes & Noble.