Los inversionistas vendieron bonos gubernamentales de España, Portugal e Italia ayer, en medio de preocupaciones de que la crisis de la deuda europea no haya sido contenida con el rescate financiero de Irlanda, sino que siga acumulando presiones sobre otras economías débiles.
El rendimiento de los bonos españoles a diez años subió hasta el 5,7%, un récord de diferencia en la eurozona de 3,05% en comparación con el bono alemán a diez años. Eso se compara con 2,67 puntos el lunes y menos de dos puntos hace apenas una semana.
La extensión del bono italiano a diez años alcanzó 210 puntos, también la mayor cifra desde el lanzamiento del euro, antes de retroceder algo. Portugal, cuyos rendimientos subieron la semana pasada, también vio subir esa cifra.
España y Portugal, considerados los siguientes vínculos más débiles en la euroeconomía, han negado insistentemente que necesiten ayuda del exterior, pero los inversionistas se han vuelto cada vez más escépticos de que la serie de rescates se haya detenido.
El núcleo del problema radica en que las medidas de austeridad que dichos países necesitan tomar para reducir sus déficit amenazan debilitar el crecimiento económico y los ingresos del gobierno. Es lo que está ocurriendo en Grecia, que ha sido capaz de reducir drásticamente sus gastos pero que se esfuerza por aumentar el impuesto a los ingresos.
Aunque el rescate de Portugal sería tan costoso como el de Grecia o Irlanda, ambos de los cuales representan menos del 2% de la economía de la eurozona, un rescate de España pondría a prueba los límites de las finanzas europeas, ya que el país representa la décima parte de la economía de la eurozona. Italia es todavía mayor.
El banco central portugués advirtió el martes en un informe que el sistema financiero enfrenta «serios desafíos» a medida que las preocupaciones exteriores por las deudas públicas, privadas y corporativas han dificultado a los bancos portugueses conseguir dinero en los mercados internacionales.
El informe advirtió que era «insostenible» seguir recabando financiación del Banco Central Europeo y dijo que los bancos deberían adoptar una política comercial de estimular los ahorros para asegurar su liquidez.
Los corredores se preocupan de que la inestabilidad de Portugal pudiera pasar a España.
El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido enérgicamente la economía y finanzas nacionales. Atribuyó los problemas del mercado de bonos a especuladores.
Pero uno de sus antecesores, Felipe González, director de un Grupo de Reflexión de la UE que analiza el futuro del bloque, consideró que el Banco Central Europeo podría ayudar.
«Si el Banco Central Europeo hiciera siquiera una tercera parte de lo que hace la Reserva Federal %u2014teniendo casi el doble de habitantes y una producción bruta 10 a 15% mayor que Estados Unidos_, con un tercio del esfuerzo en adquirir deuda pública, esta especulación se terminaría», dijo González el martes.