Moldavia, el país más pobre de Europa, elige el domingo a sus diputados por tercera vez en menos de tres años para tratar de salir de la crisis política que mantiene sin jefe de Estado a esta ex república soviética.
A fines de septiembre, el Parlamento moldavo fue disuelto después del fracaso de un referéndum para permitir la elección de un presidente por sufragio universal directo.
La designación del presidente por el Parlamento ha provocado un bloqueo político desde el segundo trimestre de 2009.
Unos 2,6 millones de electores de este pequeño país donde se habla rumano y enclavado entre Rumania y Ucrania, deben votar para elegir sus representantes entre 20 partidos y 19 candidatos independientes.
Según los últimos sondeos, los partidos que obtendrían más del 4% necesario para entrar al Parlamento serían los mismos que del precedente voto anticipado de julio de 2009, convocado después de los disturbios de abril de ese mismo año, luego de la controvertida victoria de los comunistas.
Los cuatro partidos de la coalición pro-europea – el Partido liberal-demócrata, el Partido demócrata, el Partido liberal y la Alianza Nuestra Moldavia – ganaron el comicio frente al Partido comunista, en el poder desde 2001 a 2009.
Pero esta coalición no dispone de los 61 diputados necesarios de un total de 101 para elegir al presidente del país, como fue el caso de los comunistas después de las elecciones de abril de 2009.
Los analistas temen que la misma Situación pudiese producirse el domingo, al término de una campaña electoral que ha ilustrado claramente la división del país. Por un lado, la coalición en el poder plantea un acercamiento con la Unión Europea, y del otro, el PC actúa en favor de un fortalecimiento de los vínculos con Moscú.
Según las encuestas de opinión, los comunistas llegarían en primer lugar el domingo, con un porcentaje entre 25% y 39%, pero ninguna formación obtendría ni la mayoría absoluta ni la mayoría presidencial.
«El nuevo parlamento se parecerá mucho al precedente», adelantó el politólogo Anatol Taranu.
En consecuencia, «si ningún partido cambia de estrategia, la crisis política continuará», agregó, lamentando esta «situación absurda» resultado de una reforma constitucional en 2000 que intronizó la elección del presidente por el Parlamento con un mínimo de 61 votos.
No obstante, después del fracaso del referéndum de septiembre para elegir el presidente mediante sufragio universal directo, los comunistas, opuestos a esta modificación, podrían tomarse una revancha y llegar a ser la mayoría, estimó el politólogo Vitali Andrievski.
«Pero no obtendrán los 61 escaños necesarios para la elección del presidente», agregó el analista.
Será necesario entonces que uno de los partidos de la coalición pro-europea apoye al PC para salir de la crisis política.
El Partido demócrata y el Partido liberal-demócrata podrían entonces «jugar un gran papel», en la medida que desea tomar distancias del Partido liberal del presidente del Parlamento, Mihai Ghimpu, destacó Andrievski.
Los dos partidos critican a Ghimpu, ejerce la presidencia interina desde hace un año y medio, de haber adoptado decisiones controvertidas, sin informarlos previamente, agregó.
Este último instauró en particular una «Jornada de la ocupación soviética», provocando la cólera de Moscú, cuyas relaciones con Moldavia se mantienen tensas desde la llegada al poder la coalición pro-occidental.