Desde el inicio de la crisis irlandesa, Alemania ocupa el centro del escenario, con apreciaciones contradictorias sobre la salud de la Eurozona e informaciones sobre planes para la creación de un mecanismo de manejo de crisis que han irritado a sus socios.
La canciller Angela Merkel y su equipo hablaron esta semana de «situación extremadamente seria» y de que el futuro mismo del euro estaba en juego, antes de intentar calmar las cosas el jueves indicando tener «más confianza» en la estabilidad de la Eurozona que durante la crisis griega en la pasada primavera boreal.
Son estos mismos responsables alemanes los que vinculan en forma sistemática los problemas de Irlanda con la elaboración de un mecanismo permanente de crisis para la Unión Europea (UE) a partir de 2013, una idea cuya falta de precisiones preocupa y agrava las tensiones en los mercados financieros.
Si los países de la UE acordaron elaborar un mecanismo que reemplace al fondo de apoyo creado en la pasada primavera boreal cuando tuvo lugar la crisis griega, las únicas propuestas concretas anunciadas hasta ahora han salido de Berlín.
Alemania, primera economía europea y primer proveedor de fondos en la UE, quiere que los poseedores de obligaciones de Estado se hagan cargo en parte de los costos asociados al eventual rescate de un país en dificultades, algo que provoca rechazo entre los inversores.
Berlín dice que hay un «diálogo» en Europa sobre este tema, pero por el momento parece que se asiste más bien a un monólogo y esta omnipresencia alemana provoca irritación.
«Creo que uno de los problemas que tuvimos recientemente es que hay responsables políticos que todos los días hacen comentarios en lugar de tomar decisiones», dijo el viernes el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso.
El presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, había marcado el tono la víspera al pedir «terminar con esta tendencia que tienen muchos jefes de Estado europeos de hacer creer a su opinión pública que pasan su tiempo imponiéndose a nivel europeo».
A Merkel, por el momento, su estrategia le da resultados en Alemania.
«Merkel lleva adelante la política correcta y no se deja engatusar», comentó el viernes el presidente del instituto económico Ifo, Hans-Werner Sinn.
En la misma sintonía, el diario económico Handelsblatt argumentaba el viernes que «Angela Merkel no tiene el derecho de callarse, debe negociar lo que va a pasar tras la expiración de la garantía en 2013» del actual fondo de rescate.
Es también un alemán, el presidente del Bundesbank y gobernador del Banco Central Europeo (BCE) Axel Weber, quien apostó por la hipótesis de un aumento del monto del fondo europeo de estabilidad, que tiene actualmente 750.000 millones de euros en garantías para los países en dificultades.