El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, descartó «absolutamente» el viernes un eventual rescate de España, en medio de un creciente temor sobre un posible contagio de la crisis irlandesa a otros países frágiles de la Eurozona.
La incertidumbre de los mercados tras el rescate a Irlanda ha elevado a máximos históricos las tasas de interés de la deuda española, que este viernes alcanzaron una brecha de 260 puntos de base más (equivalente a 2,60%) con respecto a las de Alemania, barómetro de la Eurozona.
«No es que yo transmita confianza simplemente por mi voluntad, sino por los datos concretos», afirmó Zapatero en una entrevista con la radio catalana RAC 1.
De este modo, el presidente del gobierno socialista salió a respaldar las declaraciones hechas por su ministra de Economía, Elena Salgado, a principios de semana, en la que también había descartado la posibilidad de un rescate al estilo de lo ocurrido en Irlanda.
«Con los datos que tenemos en la mano, lo descarto absolutamente», había afirmado Salgado.
Este viernes Zapatero aseguró que «no hay ningún escenario» posible que contemple el rescate de España y advirtió que «todos los que alimentan esa idea no contribuyen a que esto (la situación, ndlr) se serene».
Zapatero recordó que la deuda española se mantiene 20 puntos por debajo de la media europea «antes, durante y después de la crisis».
Según la oficina europea de Estadísticas Eurostat, en 2009, la deuda media de los 25 miembros de la Unión Europea (UE) alcanzó el 74,7% del PIB, con un 78,1% para Francia y un 73,4% para Alemania, y solamente un 53,2% para España, aunque la deuda de esta última aumenta rápidamente y alcanza ahora el 60% del Producto Interior Bruto.
España está «recolocando» las piezas de la economía, añadió Zapatero, explicando que el país «eliminando el colesterol malo» que «nos había hecho engordar en parte artificialmente», en referencia al sector de la construcción.
«El plan de reducción del déficit se está cumpliendo escrupulosamente y ejemplarmente, tenemos un sistema financiero de los más sólidos y la parte de cajas se está reestructurando a buen ritmo y a fin de año estará consolidado», aseguró Zapatero en referencia a las medidas de austeridad puestas en marcha por el ejecutivo español, especialmente tras el rescate a Grecia en primavera.
España, que sufrió mucho con el estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis internacional en 2008 y 2009, quiere reducir su déficit del 11,1% en 2009 al 9,3% en 2010, 6% en 2011 y 3% en 2013.
Para ello, el ejecutivo ha previsto para 2011 unos prespuestos austeros con una reducción del 16% de los gastos de los ministerios y de 7,9% de los del Estado, fuera de los gastos financieros.
España también ha reducido el sueldo de sus funcionarios, elevado el IVA y procedido a una reforma del sector bancario que se ha traducido en un proceso de fusión de cajas de ahorros.
Sin embargo, los expertos apuntan a la debilidad de su economía, con un crecimiento nulo, una tasa de desempleo del 20% (la mayor de la zona euro) y unas reformas consideradas todavía insuficientes.
A pesar de la presión a que está sometido, Zapatero insistió en que no convocará elecciones anticipadas: «Fui elegido para un mandato de cuatro años y voy a cumplir con responsabilidad. Me ha tocado vivir una crisis económica de gran magnitud. Sé que el país necesita reformas y las voy a hacer», sentenció.