Los dirigentes del Werder Bremen previnieron hoy de que la eliminación del equipo de las competiciones europeas y su mal momento en el campeonato germano marcan el final de una época de bonanza y el inicio de un periodo de austeridad económica.
«Tenemos que echar cuentas con más rigor todavía. Sin competición europea, la plantilla va a cambiar, al igual que nuestro margen de maniobra para los nuevos contratos», declaró Klaus Allofs, el director deportivo del club.
La derrota ante el Tottenham (3-0), el miércoles en la Liga de Campeones, selló la eliminación del Werder Bremen de la máxima competición continental, e imposibilitó que el equipo termine tercero de su grupo, una posición que le haría disputar la Europa League.
Peor aún, el Werder Bremen, 12º en la Bundesliga con quince puntos antes de medirse el domingo al St. Pauli, cuenta con seis unidades de desventaja respecto a los clubes que ocupan los primeros puestos que clasifican para las competiciones europeas.
«Si no estamos en Europa durante mucho tiempo, tendremos que cambiar nuestra plantilla y hacerla más barata», reconoció Allofs.
El equipo, que accedió en seis ocasiones a la Champions en la últimas siete temporadas, vendió al internacional germano Mesut í–zil al Real Madrid este verano (boreal) por 18 millones de euros.
En la apertura del mercado de fichajes de invierno (boreal), el próximo mes de enero, le tocará reforzarse, aunque podría dejar salir del club a los internacionales alemanes Marko Marin y Per Mertesacker.