La Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas (UNAMG) demandó a las instituciones del Estado poner fin a la impunidad mediante acciones legales prontas y eficaces por los crímenes cometidos contra las mujeres y las niñas durante el conflicto armado interno y en la actualidad.
De acuerdo con un comunicado, en el marco del Día Internacional de la No Violencia contra las Mujeres, es urgente remover las barreras estructurales y administrativas de todos los sectores del sistema de justicia que obstruyen o niegan el acceso de las mujeres a denunciar el delito de violencia sexual y otras formas de violencia.
Las integrantas de UNAMG demandaron interponer recursos efectivos y de aplicación obligatoria para elaborar programas de reparación justos para las víctimas de violencia.
Según la información, es necesario que se apliquen instrumentos internacionales, como las Convenciones para la Eliminación de todas las formas de Discriminación hacia las Mujeres y la Convención Interamericana para Prevenir y Erradicar la Violencia contra la Mujer y a nivel nacional la Ley contra el Femicidio y otras formas de violencia hacia las mujeres.
UNAMG exigió promover la persecución penal en los casos y denuncias de femicidio y cualquier otra forma de agresión contra la población femenina, que han sido presentados ante las instituciones del sistema de justicia.
En el comunicado la entidad demanda al Estado ratificar el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y el Mecanismo Nacional del Protocolo Facultativo a la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
UNAMG indicó que se deben retomar las disposiciones de la Resolución 1325 del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas, que se refieren a la responsabilidad de todos los Estados de enjuiciar a los culpables de genocidio, crímenes de lesa humanidad y de guerra, especialmente los relacionados con la violencia sexual y de otro tipo contra las mujeres y las niñas.
Finalmente, UNAMG subraya que la violencia contra las mujeres constituye un problema social de grandes proporciones, que impacta no solamente a las propias mujeres, sino también a la familia, a la comunidad y a la sociedad en su conjunto.