Muestra sobre el arte de México de ayer y hoy


Vista del Palacio de Exposiciones en Roma, que le dedica una muestra a México. FOTO LA HORA: AFP ALBERTO PIZZOLI

Con una espectacular muestra en el Palacio de las Exposiciones de Roma, México celebró ayer el arte de ayer y de hoy con la exhibición de importantes piezas arqueológicas de Teotihuacán y las instalaciones del artista contemporáneo Carlos Amorales.


Una pieza ceremonial de un altar de Teotihuacán, del perí­odo clásico (100-650 a.C.)

FOTO LA HORA: AFP ALBERTO PIZZOLI» title=»Una pieza ceremonial de un altar de Teotihuacán, del perí­odo clásico (100-650 a.C.)

FOTO LA HORA: AFP ALBERTO PIZZOLI» style=»float: left;» width=»500″ height=»333″ /><img decoding=Una pieza de decoración arquitectónica que representa una calavera, la cual fue extraí­da en Xolalpan. FOTO LA HORA: AFP ALBERTO PIZZOLI

La magia de «Teotihuacán, la Ciudad de los Dioses», como ha sido llamada la exposición, es narrada a través de 450 piezas provenientes de once museos mexicanos y tres europeos, entre ellos el Instituto Nacional de Antropologí­a e Historia de México.

Para ilustrar la ciudad más importante del mundo precolombino, una civilización que floreció en los primeros siglos de la era cristiana, paralela justamente al imperio romano, el curador de la muestra, el fallecido arqueólogo Felipe Solí­s, seleccionó esculturas enormes, máscaras, jarrones, figurillas de barro y hermosos fragmentos de pinturas murales, muchos de los cuales salen por primera vez de México.

La muestra, organizada con ocasión del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana, ha sido montada con un moderno sistema multimedia de pantallas gigantes, efectos de luces y videos.

A la entrada del céntrico palacio romano, el enorme jaguar de Xalla invita al espectador a descubrir una cultura que si bien aún conserva aspectos misteriosos, alcanzó un gran esplendor y dominó durante casi siete siglos.

La exposición, presentada primero en Francia, Alemania y Suiza, está dividida en siete secciones, narra la vida diaria de la ciudad que albergó alrededor de 150 mil habitantes, igualando o incluso superando a su contemporánea Roma.

Sugestivo y elegante resulta el montaje dedicado a los sacrificios, con una luz roja proyectada sobre el piso que evoca sangre de las ví­ctimas e incluye objetos provenientes de nuevas excavaciones realizadas en la Pirámide de la Luna.

«El visitante podrá descubrir aquí­ el sentido enigmático y trágico de la vida, tan manifiesta en la civilización teotihuacana y eso le permitirá entrar en contacto con una espiritualidad de gran intensidad», aseguró el presidente del Palacio de la Exposiciones, Emmanuele Emanuel.

El dirigente invitó también a exponer en un amplio espacio del monumental edificio al que llamó el representante del «México pulsante de hoy», el artista plástico Carlos Amorales.

Bajo el tí­tulo «Remix», el artista mexicano, de 40 años, presenta cinco instalaciones y una performance, entre ellas Black Cloud, en las que juega con pequeñas mariposas negras que lentamente se transforman en amenazantes enjambres cubriendo el espacio.

«Más que mariposas son polillas, es algo simbólico y evoca momentos de terror», comentó a la AFP Amorales, quien de alguna manera conecta su obra a la realidad de su paí­s, afectado por la violencia y la guerra al tráfico de droga.

Gran parte del espacio de Amorales es ocupado por el diseño a lápiz «El estudio por la ventana», mientras 700 fragmentos de vidrio negro componen «Estrellas», en el que retrata con eficacia el momento de una explosión.

El Palacio de las Exposiciones presenta también una impactante muestra fotográfica sobre los asombrosos diez años de la Revolución Mexicana a inicios del siglo XX con 219 fotos históricas en blanco y negro de esos años.

«Es un motivo de orgullo inaugurar esta exposición en el que se presenta el México precolombino, el México Revolucionario y el México del porvenir. Porque la historia es válida sólo si tiene futuro», aseguró el embajador mexicano, Jorge Chen, al abrir las exposiciones, las cuales permanecerán abiertas hasta febrero del 2011.