Partido pro junta canta victoria en elecciones birmanas


Insensible a las crí­ticas de la ONU y los paí­ses occidentales, la junta militar en el poder en Birmania reivindicó este martes una victoria aplastante en las elecciones legislativas del domingo.


«Hemos ganado alrededor del 80% de los escaños» en las asambleas nacionales y regionales, afirmó un alto responsable del Partido de la Solidaridad y del Desarrollo de la Unión (USDP), que requirió el anonimato. El USDP fue creado por la junta hace apenas unos meses.

El responsable del USDP dijo además que la participación fue del 70%, es decir un 10% mayor que lo indicado en una primera estimación por un alto responsable polí­tico el lunes por la noche.

Mientras tanto, en el este del paí­s, unos 20.000 aldeanos birmanos se refugiaron en la vecina Tailandia, huyendo de las combates entre rebeldes karen y los militares.

Según distintos testimonios, los combates continuaban en el bosque situado alrededor de la ciudad birmana de Myawaddy, donde se iniciaron el lunes los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y el Ejército budista democrático karen (DKBA).

Los comicios se vieron manchados por numerosas acusaciones de fraude contra el USDP, dirigido por el primer ministro Thein Sein, un general recientemente retirado para dirigir la batalla electoral.

El proceso electoral ha sido condenado por Occidente y la ONU, que criticaron la ausencia de la lí­der opositora Aung San Suu Kyi, bajo arresto domiciliario.

El partido de Aung San Suu Kyi, la Liga Nacional por la Democracia (LND), ganó ampliamente las anteriores elecciones legislativas, celebradas en 1990, pero nunca ejerció el poder porque los militares no reconocieron el resultado.

La LND boicoteó los comicios del pasado domingo y fue disuelta por la junta.

Sólo China, aliada del régimen militar birmano, y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), de la que Birmania es Estado miembro, se felicitaron por la celebración de los comicios.

La Fuerza Democrática Nacional (NDF) y el Partido Demócrata (PD), las dos principales formaciones de oposición democrática, denunciaron que los militares recabaron votos antes incluso de que se celebraran las elecciones.

Además, una cuarta parte de los escaños de las asambleas no fue sometida a voto, puesto que está reservada a los militares en ejercicio.

La elección ha sido descrita por los analistas como un simulacro destinado a dotar al poder militar de una legitimidad electoral.