El partido en el poder en Azerbaiyán ganó ampliamente las elecciones legislativas del domingo, reforzando aún más y sin sorpresa el régimen del presidente Ilham Aliev, ante una oposición que tachó los comicios de fraudulentos.
«Las elecciones parlamentarias se desarrollaron en una atmósfera pacífica y todos los partidos de la oposición participaron en el proceso político, pero la celebración de elecciones no constituye un avance significativo en materia de desarrollo democrático», según la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE).
El partido en el poder, Yeni Azerbaiyán, obtuvo más de 70 de los 125 escaños del Parlamento y la mayoría de los otros fueron para candidatos presentados como independientes, pero que apoyan al jefe del Estado, según los resultados difundidos este lunes con el escrutinio del 99% de la oficinas de voto.
La principal coalición de oposición, compuesta por los partidos Frente Popular y Musavat, no debería estar representada en la Asamblea, según el portal de la Comisión Electoral central.
La oposición llamó a los países occidentales a no cerrar los ojos frente a los atentados contra la democracia en Azerbaiyán, ex república soviética cuyas gigantescas reservas de hidrocarburos son muy codiciadas.
Los observadores internacionales denunciaron «restricciones a la libertad de la prensa» lo que determinó que «los electores no tenían las informaciones necesarias para determinar su opción».
Sin embargo, estos mismos observadores se felicitaron por el hecho que el comicio se desarrolló en calma, lo que no había sido el caso en elecciones anteriores.
El jefe de la delegación del Parlamento europeo, Anneli Jí¤í¤tteenmaki, destacó que una liberalización política y no democratización no pueden más que reforzar el crecimiento económico y la estabilidad en Azerbaiyán.
En los últimos años, gracias a sus recursos petroleros, Azerbaiyán tuvo un impresionante desarrollo económico, por lo que muchos, a pesar de todo, se declaran satisfechos de su gobierno.
El presidente Ilham Aliev, que sucedió a su padre en 2003, fue reelegido en 2008 para un segundo quinquenio. Heydar Aliev, ex miembro del KGB y miembro del politburó de la Unión Soviética, había dirigido el país casi sin interrupción desde 1969 y hasta 2003.
Azerbaiyán juega un papel clave en los esfuerzos de los occidentales para reducir su dependencia del gas y el petróleo rusos, y es una vía de tránsito para las tropas y los abastecimientos estadounidenses hacia Afganistán.