Piden dimisión de Berlusconi


Gianfranco Fini, vocero del Parlamento italiano. FOTO LA HORA: AFP TIZIANA FABI

El presidente de la Cámara de diputados italiana, Gianfranco Fini, ex aliado de Silvio Berlusconi, pidió ayer la dimisión del jefe de gobierno italiano y amenazó con retirar del gobierno a sus ministros si no lo hace, agudizando las tensiones polí­ticas que sacuden Italia.


Silvio Berlusconi «debe tomar la decisión (…) de entregar su dimisión y decir que la crisis (de gobierno) está de hecho abierta», y si no es así­ los ministros pro-Fini abandonarán el gobierno, declaró antes 10.000 entusiastas partidarios de su movimiento Futuro y libertad por Italia (FLI).

Para Fini, hay que «llegar a una nueva fase (de la legislatura) en la que se vuelva a debatir la agenda y el programa, se verifique la naturaleza de la coalición y la composición del gobierno».

En un discurso de cerca de una hora, Fini atacó duramente a su rival, quien está de nuevo enredado en escándalos sexuales, y lamentó la «decadencia moral» de la sociedad italiana, «cuando los personajes públicos deberí­an servir de ejemplo».

También insistió en la «legalidad» sin la cual, dijo, «no hay libertad», en momentos en que el Cavaliere tiene varios procesos pendientes.

Fini criticó igualmente «a un gobierno que no gobierna», juzgando que el presidente del Consejo «ha sido incapaz de cumplir con los compromisos que hizo ante los electores.

El presidente de la Cámara denunció la ley electoral, calificándola de «vergí¼enza», y atacó a la Liga del Norte, el partido populista antiinmigrantes aliado de Berlusconi, que «no se interesa en nada de lo que sucede al sur del Po», el rí­o que atraviesa el norte del paí­s.

Desmarcándose de la Liga y de Berlusconi, quien hizo recientemente una broma homófoba, Fini rechazó «toda distinción y discriminación» entre «negros y blancos, católicos, judí­os y musulmanes, hombres y mujeres, heterosexuales y homosexuales, italianos y extranjeros».

Fini, que comenzó su carrera polí­tica en el partido neofascista Alianza Nacional, ha anclado su movimiento «en el centro-derecha europeo», abogando por un «nuevo pacto social» y una fiscalidad más favorable al sur del paí­s, una región desfavorecida.

Fini rompió a fines de julio con Berlusconi, abandonando el Pueblo de la Libertad (PDL), partido que cofundaron un año antes, y decidió crear su propio movimiento.

En su disidencia fue seguido por unos 40 senadores y diputados, privando a Berlusconi de su mayorí­a absoluta casi automática en la Cámara y poniéndolo en dificultades en el Senado.

«No estamos contra el PDL, ni siquiera contra Berlusconi, nosotros vamos más allá del PDL y de Berlusconi, con mucha más ambición», resumió.

Fini expresó su satisfacción por el hecho de que su movimiento, desdeñosamente tratado por sus detractores de «cuatro pelagatos sin importancia» cuando surgió a fines de julio, se haya vuelto «polí­ticamente determinante para la suerte del gobierno».