Los célebres museos del Vaticano ofrecen por primera vez y desde este viernes a sus miles de visitantes la posibilidad de admirar «en directa» la restauración de importantes obras de arte, hasta ahora reparadas a puerta cerrada en talleres especializados.
«El laboratorio transparente», como lo calificó el director de los museos vaticanos, Antonio Paolucci, es una enorme estructura de vidrio construida en uno de los patios del enorme palacio apostólico.
Por primera vez el público podrá seguir de cerca las varias fases de la restauración de una obra importante con el fin de acercar al visitante al arte y sobre todo «formarlos» sobre el valor de su conservación.
Para la apertura, los restauradores escogieron dos ángeles en arcilla realizados por Gian Lorenzo Bernini, uno de los artistas más destacados del Barroco italiano, los cuales sirvieron como prueba para la realización de aquellos en bronce que decoran el altar de la basílica de San Pedro.
La experta en restauración, Alice Baltera, de bata blanca y equipada con enormes lentes, pinceles y pinzas, limpia delicadamente los ángeles fabricados hace cuatro siglos, hechos en un material tan frágil, que puede desmoronarse como una galleta.
«La arcilla absorbe todo y se mancha fácilmente. Por eso hay que tener mucho cuidado», reconoce la restauradora a la AFP.
Pero trabajar con la obra del artista que gozó del favor y la protección de siete papas, para los que realizó numerosas obras, suscita mucha satisfacción.
«Se ven las huellas de sus dedos, algo emocionante», confiesa Baltera.
«Estar cara a cara con este ángel es algo grandioso», comenta.
La idea de construir el taller, alto 4 metros, surgió debido a que los «ángeles no podían ser trasladados a laboratorios para su restauración debido a su enorme tamaño», explicó Flavia Callori, quien está a cargo de las obras en cerámica y metal.
Se trata de objetos raros, ya que eran destruidos después de que servían para fabricar las esculturas en bronce. Su restauración ahora durará varios meses.
«Probablemente fueron conservados porque eran de Bernini», asegura la experta.
Otros dos ángeles, que fueron empleados como moldes para las esculturas de bronce de San Pedro, serán restaurados en directa y ante visitantes de todo el mundo por expertos hasta el 2012.
«Los colegas de Bernini consideraban que sabía como pocos darle vida al mármol, que parecía como si fuera de carne», comentó Paolucci.
El dirigente del museo programó también la restauración de obras grandes, como tapices y pinturas y está muy satisfecho de contar con un lugar tan especial para la recuperación del inmenso patrimonio artístico del Vaticano, que cuenta además con un sofisticado sistema de iluminación y climatización.