Socorristas reanudan búsqueda


Los socorristas reanudaron hoy la búsqueda de una docena de desaparecidos por el deslave de un cerro sobre casas de un suburbio de San José, que dejó al menos 20 muertos y que llevó a la presidenta costarricense Laura Chinchilla a decretar dos dí­as de duelo.


Unos 60 bomberos y miembros de la Cruz Roja participaban bajo la lluvia en el esfuerzo para encontrar a las personas que quedaron sepultadas por la avalancha de lodo que cayó en la madrugada del jueves del cerro Pico Blanco sobre unas 30 casas en San Antonio de Escazú, 7 km al suroeste de San José.

Mientras, en un templo católico cercano al lugar de la tragedia comenzaban a ser velados los restos de cuatro de las ví­ctimas, y en los edificios públicos del paí­s las banderas costarricenses ondeaban a media asta en señal de duelo.

«En medio de tanta tragedia (…) y de tanta devastación hemos visto grandes rasgos de esperanza y de consuelo en el trabajo bien combinado, en el trabajo tan intenso, en el trabajo sin descanso que vienen realizando las cuadrillas de rescate», dijo la presidente Chinchilla al visitar este viernes la zona del deslave, bajo una persistente lluvia.

«El tiempo hoy desgraciadamente no ayuda mucho» a las tareas de búsqueda, pero «van a seguir los esfuerzos de rescate hasta donde se pueda el dí­a de hoy», agregó la mandataria.

A algunos cientos de metros de ese lugar los socorristas, con el barro hasta los muslos, revisaban entre escombros de viviendas, troncos de árboles, rocas y algunos enseres desperdigados, mientras cuadrillas de vialidad reparaban los daños en diversas rutas del paí­s.

El lugar de la tragedia semejaba una zona de guerra, con casas destruidas, automóviles aplastados, trozos de techos retorcidos y hasta lavadoras de ropa semienterradas en el lodo.

Las áreas bajas de Escazú albergan gran cantidad de condominios de lujo para extranjeros y las residencias de varios embajadores, entre ellos el estadounidense y el chileno. Las zonas altas, las afectadas por el deslave, son de viviendas populares.

Chinchilla adelantó el jueves que pedirí­a ayuda a «paí­ses amigos» y organismos internacionales para reparar los daños, en tanto Nicaragua fue la primera nación en ofrecer ayuda a Costa Rica, pese a que ambos paí­ses mantienen una disputa fronteriza.

Además de Escazú, hubo deslizamientos de tierra en otras zonas del área metropolitana que obstruyeron rutas y causaron daños, pero no ví­ctimas, y unas 135.000 personas estaban sin suministro de agua y electricidad, y sin servicios de telefoní­a fija y celular.

En tanto, unas 1.400 personas permanecen en albergues de emergencia.

Debido al fenómeno de «La Niña», Centroamérica ha tenido este año una violenta temporada de lluvias (mayo a noviembre), que ha desnudado una vez más la vulnerabilidad del istmo a los fenómenos naturales y ha dejado unos 300 muertos, principalmente en Guatemala.

La emergencia ocurrió en momentos en que Costa Rica está inmersa en una disputa fronteriza con Nicaragua, que fue debatida esta semana por el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, y que resolvió enviar a ambas capitales a su secretario general, José Miguel Insulza, quien es esperado este viernes en la noche a San José.