Por hablar claro y directo


Rosana Montoya, A-1 397908, rosana.montoya@yahoo.com

Dentro de una acción conjunta, de buena voluntad, con la colaboración del ex presidente colombiano ílvaro Uribe, como principal disertante, el sector privado de empresarios organizó una reunión de altas esferas de la sociedad guatemalteca; para juntar brí­os, luces, entre todos, para salir de la crisis que ha ocasionado el Presidente por la incapacidad manifiesta para desempeñar las labores estatales, para las que fue electo, en elecciones democráticas.  Con el inconveniente añadido dentro de su mandato administrativo,  nos encontramos con el mangoneo de la Primera Dama con quien el Presidente comparte fracasos gubernamentales.  Es a ella, a la esposa del Presidente, a quien se le achaca la indebida intromisión en el orden de mando, que sólo debiera corresponder a su esposo, el Presidente. En menoscabo del presupuesto, en todas las esferas del Ejecutivo, Legislativo y Judicial enfocado al proselitismo indebido, porque desde el primer dí­a de jefatura del Presidente, la señora ha enfocado sus fuerzas a una sola meta, ser la próxima Presidenta de Guatemala, le cuadre o no al paí­s.  A eso se debe la creación de programas solidarios que el pueblo paga, y ella cree, estar ganando adeptos.  Por otro lado, la elocuente contribución que aportó del ex mandatario colombiano, ílvaro Uribe, como parte de su charla, fueron las experiencias de ocho años de buen gobierno, que se vio coronado con resultados positivos en su paí­s; con la erradicación casi al completo de las FARC, inversión nacional y extranjera, aumento del turismo, facilidades para los industriales, baja en el impuesto del IVA, seguridad para todos los colombianos, la recuperación paulatina de los territorios tomados por los bandos adyacentes y paralelos a la droga, combate directo con ayuda norteamericana contra los operativos y principales capos del narcotráfico con rumbo al norte.  Todo esto se vio empañado por el desplante, desaire, descortesí­a, abandono de las instalaciones por el Presidente de la República, invariablemente acompañado por su Primera Dama, donde se llevó a cabo dicho encuentro.

Es lamentable el comportamiento de la pareja, que carece de roce diplomático para comportarse en público, y lo peor del caso, es que no pudieron sostener el grito, sino regresaron a la sala con la cola entre las patas, después del desplante de domésticas; pido disculpas por comparar a las mujeres que ayudan en el oficio familiar de todos los dí­as, que gracias a ellas, la vida es más fácil, para las amas de casa.  No como es el proceso impositivo de la esposa del Presidente, la cual no ha sido contratada para ningún cargo, por elección popular, en las urnas electorales.