El azúcar tocó esta semana un máximo en 30 años en Nueva York, en un mercado nervioso debido a temores de estrechez de la oferta mundial e incertidumbre en cuanto a las exportaciones indias.
En el mercado NYBoT-ICE estadounidense, la libra de azúcar bruto para entrega en marzo subió hasta los 30,64 centavos el martes, una cotización sin precedentes desde enero de 1981. En seis meses aumentó más de 130%.
Esta subida de precios se explica por la preocupación creciente del mercado sobre un posible deterioro de las perspectivas de producción de los principales países productores, liderados por Brasil, cuando crece la demanda mundial y las reservas de los países consumidores rondan sus mínimos en 20 años.
Entre precipitaciones excesivas y sequías, las perturbaciones causadas por el fenómeno climático conocido como La Niña «forzaron al mercado a concienciarse de que las tensiones heredadas de la temporada anterior se van prolongar», señaló Emmanuel Jayet, analista del banco Société Générale.
Porque mientras los exportadores clave (Brasil, pero también Tailandia o Australia) tuvieron que revisar a la baja sus previsiones de producción, los países consumidores también están afectados.
«Crece la demanda de los grandes países importadores tradicionales -China, Pakistán, Unión Europea, Indonesia o Rusia- que registran cosechas nacionales menos generosas de lo previsto debido a una climatología mediocre», subrayan Kona Haque y Alex Bos, economistas del banco Macquarie.
Citan por ejemplo las inundaciones en Pakistán (noveno consumidor mundial) y la ola de calor del pasado verano boreal en Rusia (primer importador).
La Organización Internacional del Azucar (ISO), que en agosto preveía un excedente de 3,22 millones de toneladas de la oferta mundial en 2010/2011, tras dos años de déficit récord, redujo sus previsiones a un excedente de dos millones de toneladas.
Gran parte de las necesidades las ha cubierto hasta ahora Brasil, de lejos el mayor productor.
Cuando las lluvias paralizaban este verano los transportes en el interior del país, más de 120 barcos en espera de carga atascaban los puertos brasileños, «lo que generó una situación caótica» para el comercio mundial, explicó a la AFP de la consultora Kingsman.
«Al mismo tiempo el sur de Brasil sufría sequía, lo que afectará considerablemente la temporada de los rendimientos de caña de azúcar», agregó.
Según las estadísticas oficiales, la producción brasileña de azúcar en las dos primeras semanas de octubre es un 30% inferior al mismo periodo de 2009. La cosecha 2010/2011 debería ser mayor, pese a que las autoridades revisaron sensiblemente a la baja su previsión.
En este contexto, India, segundo productor mundial, aparece como un actor clave. Sin embargo, el gobierno debe anunciar este mes el monto de las exportaciones de azúcar que está dispuesto a autorizar.
La producción india, estimada en un tercio más que el año pasado, debería superar en tres millones de toneladas las necesidades del país «pero las reservas todavía demasiado escasas de India podrían llevar a limitar las exportaciones», señala Abah Ofon, de Standard Chartered.
Las tensiones en el mercado mundial no deberían calmarse a medio plazo ya que la comerciante azucarera Czarnikow estima que la demanda mundial se duplicará en los próximos 20 años, impulsada por las economías emergentes.