Prostitutas y narcos piden prosperidad a San Simón


San Simón, imagen de San Andrés Itzapa, Chimaltenango, estrenó ayer templo en su dí­a de fiesta. FOTO LA HORA: AFP JOHAN ORDí“í‘EZ

Comerciantes, prostitutas y hasta supuestos narcotraficantes de Centroamérica y México interrumpieron sus actividades por un dí­a para adorar a su santo protector, San Simón, a quien rogaron para que les brinde prosperidad.


Una espiritista realiza una Un creyente de San Simón prende una candela para rogar por protección. FOTO LA HORA: AFP JOHAN ORDí“í‘EZUna mujer fuma uno de los cigarros que posteriormente le ofrecerá a San Simón. FOTO LA HORA: AFP JOHAN ORDí“í‘EZUna familia completa visita a San Simón, en San Andrés Iztapa, Chimaltenango. FOTO LA HORA: AFP JOHAN ORDí“í‘EZ

Provenientes de distintos puntos de Guatemala, así­ como de paí­ses vecinos, miles de devotos abarrotaron ayer el recién estrenado templo de San Simón en el poblado de San Andrés Itzapa, para rogar que se cumplan sus anhelos.

Las autoridades locales estiman que llegaron al poblado unos 10 mil visitantes, incluidos turistas de diversas partes del mundo, atraí­dos por la devoción al santo o por curiosidad.

«San Simón es muy generoso con nosotros, venimos por amor, dinero, prosperidad y salud», aunque muchos también llegan para pedir por la «desgracia» de otras personas que les han «hecho daño», dijo Sandi, una prostituta guatemalteca que no reveló cuál era el propósito de su plegaria.

«Te da lo que le pedí­s, siempre que lo hagas con fe», aseguró la comerciante Rosa Sánchez, que desde hace varios años visita religiosamente cada año este pintoresco poblado.

La mujer dijo que gracias a sus plegarias al santo han mejorado considerablemente su vida y su negocio.

Pedro Sajché llegó desde el lejano Huehuetenango, para colocar una placa de agradecimiento por los favores recibidos de San Simón, cuya adoración surgió del sincretismo de la religión católica de los españoles con los indí­genas guatemaltecos en la época colonial.

«Feliz cumpleaños, Monchito», como llaman cariñosamente a San Simón, y «gracias, hermano», eran las frases más frecuentes de los feligreses llegados en busca de la «limpia», un acto de purificación a cargo de sacerdotes indí­genas basado en rociar aguardiente y hierbas sobre el cuerpo del penitente.

El poblado se ha hecho famoso por San Simón y los lugareños dicen que el lugar es visitado también por delincuentes y narcotraficantes.

Un grupo de supuestos narcos, con las pistolas al cinto y a bordo de lujosos vehí­culos todoterreno, llegó el lugar con un grupo de mariachis para homenajear al santo con música.

Uno de ellos pidió a un fotógrafo que le tomara fotos a una bella muchacha que los acompañaba, pero éste se negó explicándole que tomaba fotos para la prensa, no para la venta a particulares.

Otros mariachis también estaban en los alrededores del templo ofreciendo su música a quien los quisiera contratar, y cerca de allí­ habí­a un centro de baile con grupos musicales en vivo para que los devotos pudieran bailar después de adorar a su santo, que fue un apóstol de Jesús, según la tradición católica.