Sarkozy saca adelante reforma de la jubilación


El Parlamento francés adoptó definitivamente hoy la principal reforma del presidente conservador Nicolas Sarkozy que pondrá fin a la jubilación a los 60 años, en ví­speras de una nueva jornada de huelgas y protestas, última batalla de una movilización con apoyo mayoritario.


Pese a seis jornadas de masivas manifestaciones en todo el paí­s, que lograron movilizar un récord de 3,5 millones de personas según los sindicatos y 1,2 millones según el Gobierno, el Ejecutivo y la mayorí­a gobernante de derecha (UMP) lograron sacar adelante esta reforma.

La reforma que elevará de 60 a 62 años la edad mí­nima de jubilación y de 65 a 67 años la edad para cobrar una pensión completa fue respaldada por 336 votos de la mayorí­a gubernamental de derecha (UMP) y centristas contra 233 de las filas de la oposición de izquierda.

El proyecto de ley que pondrá fin a la jubilación a los 60 años en Francia, un sí­mbolo de la presidencia socialista de Francois Mitterrand, habí­a sido adoptado el martes en el Senado por 177 votos contra 151.

Sarkozy tiene previsto promulgarla a mediados de noviembre.

La promulgación de la ley podrí­a ser aplazada hasta fines de noviembre pues el bloque socialista presentará un recurso ante el Consejo Constitucional.

Considerada «injusta» por más del 70% de los franceses, la reforma aumentará de 40,5 a 41,3 los años de aportes para obtener una jubilación al 100%.

La derecha gobernante evitó muestras de triunfalismo.

«No es una victoria del Parlamento sobre la calle, ni una victoria del gobierno sobre los sindicatos. Es la victoria del interés general», defendió el diputado oficialista Jean Leonetti.

«Soñaban con la audacia reformista y se encuentran con un paí­s en crisis», sostuvo en el hemiciclo la diputada socialista Marisol Touraine minutos antes de la aprobación definitiva del proyecto de ley, en ví­speras de la séptima jornada nacional de manifestaciones convocadas por los sindicatos franceses.

Las huelgas, que en las últimas semanas se centraron en el sector petrolero amenazando con paralizar al paí­s, seguí­an perdiendo fuerza.

Cinco de las 12 refinerí­as de Francia reanudaron sus actividades ayer y dos más votaron la vuelta al trabajo mientras volví­a a la normalidad el abastecimiento de combustible en cuatro de cada cinco estaciones de servicio de las 12.300 de todo el paí­s.

Los trenes funcionaban casi normalmente el miércoles. Para el jueves las autoridades aeroportuarias prevén la anulación del 50% de los vuelos en el aeropuerto de Orly y del 30% en Roissy-Charles de Gaulle.

En plena semana de vacaciones de otoño (boreal), más de un centenar de manifestaciones fueron convocadas para el jueves en todo el paí­s, una cifra inferior a las jornadas anteriores.

El gobierno defendió esta reforma como «indispensable» para enfrentar un sistema de jubilación deficitario, que en 2018 necesitará 44.000 millones de euros (61.000 millones de dólares), y el aumento de la esperanza de vida.

Un francés de cada tres tendrá más de 60 años en 2060, según datos oficiales.

Con la reforma en el bolsillo, un «imperativo» para que Francia «conserve su credibilidad» ante las agencias de calificación financiera internacionales, Sarkozy encarará el último año y medio de mandato con una inminente remodelación ministerial y la presidencia francesa del G20, que reúne a las principales economí­as desarrolladas y emergentes.

Sin embargo para la oposición socialista «el gobierno ha perdido la batalla de la opinión pública», lo que parece confirmar una reciente encuesta, según la cual el nivel de descontento de los franceses hacia Sarkozy es del 70%.