Las ánimas benditas


La base real de la leyenda de las ánimas benditas, se encuentra en uno de los mundos que el catolicismo crea para la vida ultraterrenal: el purgatorio.

Celso A. Lara Figueroa
Del Collegium Musicum de Caracas, Venezuela A mi padre, maestro Celso Lara Calacán, con inmenso amor.

De acuerdo con la idea popular, las almas que se purifican en el purgatorio pertenecen a la categorí­a de espí­ritus que tienen que «vagar por el mundo en busca de paz, porque Dios no los deja entrar al cielo, si antes no han saldado las cuentas que dejaron aquí­ en la tierra».

Al comparar todas las versiones recogidas en los Viejos Barrios de la Ciudad de Guatemala puede reconstruir el prototipo siguiente: «las ánimas benditas se presentan como espí­ritus blancos, buenos que protegen de todo peligro a las personas que rezan por su redención todas las noches».

RASGOS FíSICOS

Se les reconoce por los rasgos fí­sicos siguientes: forma de personas, ataviadas con hábito de monje, color blanco, portando cirios en las manos. Aparecen generalmente en actitud de orar, y no es posible verles el rostro. Estos rasgos aparecieron en todas las versiones recopiladas.

RELACIONES CON EL HOMBRE

Según esta leyenda que corre en labios del pueblo, las ánimas benditas se encuentran reunidas en un solo lugar, que va del purgatorio al limbo (de acuerdo a las distintas versiones). Ambos lugares resumen la idea fundamental: un lugar impreciso sin tiempo ni ubicación, del cual salen las ánimas «el dí­a de Todos los Santos (Primero de noviembre), a las dos de la tarde y no regresan sino hasta el Dí­a de los Fieles Difuntos (2 de noviembre), a las doce de la noche. Sólo una vez al año se les concede a las ánimas esta gracia; así­ que ellas pueden volver al lado de sus familiares para recordarles que deben rezar por ellas».

Es decir, entonces, que por estos dí­as las ánimas del purgatorio entran en relación con los seres humanos, apareciéndoseles en las calles de las ciudades o en las encrucijadas de los caminos. Sin embargo, esta relación que se entabla no es dañina sino todo lo contrario: las ánimas se convierten en espí­ritus bienhechores de quienes rezan por ellas.

PRíCTICAS MíGICAS

Como práctica mágica, en relación con las ánimas benditas del purgatorio, se aconseja a la persona a quien se ha muerto un familiar muy cercano en el transcurso del año, que durante los dos primeros dí­as de noviembre, se cuide de no dejar ningún recipiente con agua en las habitaciones de la casa, «porque como las ánimas salen en forma de palomillas o mariposas blancas, se pueden ahogar en cualquier trasto de agua. También se recomienda que «ese mismo dí­a uno debe poner una veladora ante el retrato de la persona muerta para que su ánima se dé cuenta que no se le ha olvidado, y más mejor aún, si se puede poner unas ramitas de ciprés. A las ánimas les atrae mucho el olor del ciprés».

VARIANTES

Debo hacer notar que en todas las versiones recopiladas de la leyenda, los rasgos descritos no muestran gran variación. En lo que respecta a la aparición temporal de las ánimas, se descubren dos variantes:

1. Que las ánimas se presenten rezando en una iglesia, y

2. Que se presenten recorriendo, a manera de procesión, las calles de la ciudad.

TRADICIí“N HISTí“RICA

El tema o tipo de las ánimas benditas no es caracterí­stico de la ciudad de Guatemala. Se encuentra también en el interior de la República, como lo demuestran las proyecciones tradicionales en literatura. La referencia más antigua que se encontró sobre ellas, corresponde a Ramón Salazar, historiador de finales del siglo XIX.

El autor hace mención del funeral de las ánimas, que precisamente salí­a a recorrer las calles de la ciudad el primero de Noviembre. Probablemente se realizó un entrecruzamiento entre la realidad y la fantasí­a popular.