Luz Méndez de la Vega
Hace algunos años, se temió que las radiodifusoras y los programas de radio podrían casi desaparecer, arrastrados por la arrolladora fuerza de lo audiovisual de la televisión. Sobre todo por los adelantos técnicos actuales hasta en los pequeños celulares. Eso, que al principio pareció catastrófico ?al aquietarse las aguas? llegó al convencimiento de que la radio tradicional podría vivir por sí misma, gracias a su propia cualidad de ser sólo auditiva y, por lo tanto, liberar al oyente de la tentación de tener que estar con los ojos fijos en las cambiantes imágenes de la pantalla.
La radio, en realidad, le permite a uno deleitarse y duplicar su tiempo, escuchando sus programas, a la vez que realiza otras actividades. Así, pues, se puede uno enterar de noticias del momento, comentarios, oír un discurso o poemas, sin tener un libro en las manos. Se puede escuchar mientras se conduce el automóvil, o se va en el bus, lo que alivia el estrés, sin el temor a sufrir un accidente por distraerse. La radio permite el placer de escuchar un programa con plena libertad de movimiento. Con lo cada vez más livianos radio-receptores, uno puede dedicarse a casi cualquier actividad y en cualquier lugar. Así, un trabajador, escuchando la radio, siente menos duro su oficio; tanto como las amas de casa cuando cocinan. La música es buena compañera y alivia el cansancio del que camina por la calle o por un camino, y hace más placentera cualquier tarea. Y hasta algunos artistas de la plástica y escritores acostumbran a trabajar acompañados de la música, como mi querido amigo Ramón Banús…
Todos estos pensamientos estuvieron surgiendo, cuando uno de los pasados sábados, me disponía a realizar un fastidioso trabajo manual, en mi casa, y me di cuenta de que ya eran las seis de la tarde, acordándome que había leído, entre varios elogiosos artículos de prensa que, a esas horas, por Radio Faro Cultural, se transmitía el programa Tribuna del Jazz que tiene a su cargo la conocida musicóloga y poetisa Grecia Aguilera, bajo el seudónimo de Samantha Terry, contando con la colaboración de su esposo don Carlos Rafael Pérez Díaz, otro serio conocedor de la música clásica.
Pude rápidamente sintonizar, en 104.5 FM, la transmisión de Tribuna de Jazz y así darme cuenta de que los comentarios leídos y varios escuchados a personas amigas, tenían toda la razón sobre la excelencia de este programa, que ofrece una muy buena selección musical; realzada por los comentarios de su gentil conductora, tanto que me hizo olvidar el fastidio de un trabajo que, así, se volvió más corto y leve…
Desde ese sábado, en el que tuve la grata experiencia de escuchar Tribuna del Jazz, teniendo como guía ?por los caminos de la música clásica y contemporánea? a Samantha Terry, me convertí en una aficionada más al mismo, de manera que los sábados que permanezco en casa, a las seis de la tarde, me doy gusto de escucharlo en Radio Faro Cultural.
Hay que felicitar a Grecia Aguilera, por el éxito logrado con el esfuerzo y cuidado desinteresado puesto en Tribuna del Jazz en favor de la cultura musical de Guatemala. í‰xito que en especial se debe a la acertada combinación que logra entre música de jazz y música clásica, con acento en la capacidad de improvisar, con la lección estética de los grandes maestros del jazz afro-americano.
Para quienes tenemos nuestros mejores recuerdos juveniles tan ligados al intenso sentimentalismo del jazz, con sus singulares intérpretes saxofonistas y trompetistas famosos, este programa tiene también el poder de las evocaciones y revivir tan hermosos años. Pero, muy en especial, su efecto es valioso por acercar a la música clásica, a través del jazz, a los juveniles radioescuchas, que cada sábado acrecientan el número de sus aficionados. Para estos jóvenes, dicho programa significa una gran lección de apreciación de la música, que los hace aficionarse a la música clásica sintiéndola acercarse desde lo que consideran generalmente una lejanía demasiado alta, haciéndose accesible y muy suya.
Como sé que algunos jóvenes no conocen los datos de la personalidad de la poetisa, musicóloga y periodista Grecia Aguilera (Samantha Terry) ofrezco los siguientes:
Es guatemalteca, hija del recordado gran poeta y periodista León Aguilera, y de la muy conocida declamadora y escritora María del Mar. Además de su dedicación al arte musical, es especialista en electrónica digital, microprocesadores. También en producción, conducción, grabación, edición de jingles y de programas para radio, ya se trate de noticiosos, musicales o culturales.
Pertenece a la Asociación de Mujeres Periodistas y Escritoras de Guatemala AMPEG: donde desarrolla una activa participación en los actos culturales que promueve esa importante institución.
También edita y difunde publicaciones de libros y colabora con artículos y poemas en diarios y revistas, así como en presentaciones de autores y la difusión de sus obras.
Desde el año 2001, ha fundado y con toda generosidad ha mantenido el programa Tribuna del Jazz, con lo cual demuestra su desinteresado amor al arte y a Guatemala.
Sobre su persona y obra, se han vertido importantes opiniones entre las cuales figuran las de los siguientes intelectuales:
La académica guatemalteca de la Lengua, premio nacional de Literatura, periodista, licenciada Margarita Carrera, además de haber escrito una de sus elogiosas columnas sobre Tribuna del Jazz, ha expresado sobre sus versos:
(…) Son los sueños los únicos capaces de conducirnos a las verdades eternas. Pero sueño y poesía se conjugan íntimamente y se vuelven aliados de la metafísica. Esto lo sabe muy bien Grecia. Sabe que el poeta y la poetisa son seres visionarios que intuyen el orden de la realidad que conduce a la más alta espiritualidad.
Otra opinión en respecto a los versos de su poemario Apología de la Esencia es la que en Nicaragua ha formulado José Jirón Torón:
(…) Son muy filosóficos… ella se vale de la poesía para expresar realidades. El epígrafe que la impone a su poema «Dualidad» es un interrogante que nos obliga a pensar; «Â¿Cómo saber si al hacer / el bien no estás pecando?»
En el diario elPeriódico, el 21 de julio de 2003, se comenta:
(…) Se trata de «Apología de la Esencia» de Grecia Aguilera Radford, una colección lírica que explora los espacios interiores del ser humano. La autora profundiza en temas como la soledad, el tiempo, la existencia y la música (…)
La revista Amiga de Prensa Libre, noviembre de 2003, anota: «Apología de la Esencia» de Grecia Aguilera Radford, una recopilación de poesía en la que la sensibilidad y la búsqueda del ser se conjugan para dar vida a una explosión de sentimientos (…)