El «country», ese género que hasta ahora era asociado con la Norteamérica más profunda y cateta, objeto de burlas por parte de los jóvenes del continente y radiado sin parar por los bares de carretera, ya no es lo que era. Al menos, así­ lo parece a tenor de las figuras que, en los últimos tiempos, reivindican su tradición y sonido.

En este grupo figura la atractiva actriz y vocacional vegana Gwyneth Paltrow, quien acaba de anunciar que tiene intención de iniciar una carrera musical como cantante de country y que hará su debut durante la entrega de la gala de los premios Country Music Awards. Precisamente la intérprete rueda en la actualidad una pelí­cula en la que encarna a una artista del género.

Hasta hace poco Paltrow compartí­a su vida con Chris Martin, lí­der de Coldplay, uno de los grupos del pop rock actual más cool. Por ahora, Martin no ha dicho ni una palabra sobre la decisión de que su ex compañera se convierta en una cowgirl artí­stica.

Unos años antes de aquello, ya Tarantino habí­a recuperado los sonidos polvorientos y divertidos del sur de EE UU para ambientar sus pelí­culas más exitosas y hoy, la serie televisiva True Blood hace un guiño desde su cabecera a la misma música. A través del tema Bad things, la voz seductora de Jace Everett, un treintañero de Indiana, convierte los acordes en seducción y pornografí­a vampí­rica.

También Scarlett Johansson, amante del rock americano, ha jugueteado con el country en algunos de sus composiciones pop de voz soñolienta, y el admirado galán de Bailando con lobos, Kevin Costner, hizo lo propio en una extensa gira que recaló hace unos meses en España.

Otros como Tim Robbins o la jovencí­sima Taylor Swift, novia de ida y vuelta de uno de los Jonas Brothers, prueban suerte con un coctel eficaz que aúna country, rock y folk. La última de los dos artistas lleva vendidas más de 17 millones de copias en todo el mundo.

En España, bandas como Cañones y Mantequilla llevan años en la brecha. Más recientemente y más cerca del folk y el blues-country, Arizona Baby ofrece directos potentes y divertidos.