El rescate sin contratiempos de los mineros, seguido por millones de personas en todo el planeta, dio a Chile la oportunidad de volver a creer en milagros, siete meses después de uno de los cinco peores terremotos de su historia, que dejó más de 500 muertos y 56 desaparecidos.
El exitoso rescate está siendo una inyección de optimismo para Chile, una inmejorable vitrina de su eficiencia y un triunfo político para el presidente Sebastián Piñera.
«Esto es una tragedia pero creo que esto le ha hecho bien al alma del país», señaló hoy el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter, al celebrar el avance de la operación de rescate.
Como primer productor mundial de cobre, el desafío inédito de rescatar a los mineros desde una profundidad de más de 600 metros le permitió a Chile mostrar el avance de su tecnología y el profesionalismo de sus técnicos.
«Los mineros nos han dado un ejemplo de cómo soportar la adversidad, también los rescatistas de solidaridad y nuestros ingenieros nos han dado un ejemplo de cómo hacer un rescate exitoso», dijo este miércoles el presidente Sebastián Piñera en su sexta visita al yacimiento, para dirigir el operativo de rescate.
En el año del Bicentenario de su Independencia, Chile despertó trágicamente la madrugada del 27 de febrero con un poderoso sismo de 8,8 grados, seguido de un tsunami que devastó una amplia zona del sur chileno. Las imágenes de dolor de la tragedia, junto a la de pueblos completamente arrasados fueron un duro golpe al ánimo nacional.
Los saqueos que se vieron durante los primeros días hicieron preguntarse a los chilenos si era real o no esa imagen de un país, que al mismo tiempo competía por entrar a las grandes ligas de los países desarrollados.
Y cuando aún los chilenos no se reponían del golpe, un derrumbe sepultó a 33 mineros en una mina en el norte de Chile. En los primeros 17 días no hubo noticias de ellos y volvieron a repetirse las imágenes de dolor, hasta que, cuando ya se temía una nueva tragedia, ocurrió el milagro de hallarlos a todos con vida y en buenas condiciones.
Encontrarlos en el fondo de una antigua mina de cobre y oro fue todo un hito, para luego dar paso a otro desafío no menos difícil: rescatarlos desde más de 600 metros de profundidad.
El reto, que implicó la construcción de un ducto de 622 metros con el ancho suficiente para extraerlos, puso a prueba la capacidad de ingenieros, técnicos y equipos, diseñados para fines muy diferentes, ejecutándose con una alta precisión en los tiempos comprometidos.
Contra todos los pronósticos, Piñera apostó al optimismo en esta tragedia y en todo momento se mostró confiado, primero en hallarlos con vida y luego de rescatarlos con éxito.
La apuesta le dio tempranos frutos. En agosto, el mes que se inició la tragedia, su popularidad subió 10 puntos y llegó a un 56%, su valor más alto desde que asumió en marzo.
Para analistas, la tragedia benefició a Piñera ya que le permitió reforzar su mensaje de eficiencia, tras un inicio complicado en medio aún de las réplicas del terremoto.
«Un rescate exitoso representa oportunidad para que el presidente Piñera pueda convertir su mensaje de eficiencia y buena gestión en una realidad concreta», señaló a la AFP el politólogo de la Universidad Diego Portales, Patricio Navia.
«Por eso su gobierno tiene que cuidarse de que el resto de sus tareas avance con la misma eficiencia y éxito que el rescate de los mineros», agregó el analista.