«No hay solución militar para Irak»


Seguridad. Miembros de la Guardia Nacional revisan a un hombre como parte del operativo de seguridad en Bagdad.

El nuevo comandante norteamericano en Irak, David Petraeus, advirtió el jueves que no hay «una solución militar» para el conflicto y pidió a los iraquí­es que olviden sus querellas, mientras unos 2,5 millones de peregrinos chiitas desafiaban los ataques y confluí­an en Kerbala.


«No hay una solución militar para un problema como el de Irak. La acción militar es necesaria para mejorar la seguridad (…), pero no es suficiente. Tiene que haber un aspecto polí­tico», dijo Petraeus.

«Numerosos norteamericanos me han preguntado si las autoridades iraquí­es y el pueblo pueden poner al interés común antes de sus intereses personales y los intereses sectarios. Yo creo que eso es posible», dijo el general de 54 años a los periodistas.

Al mismo tiempo, precisó que todas las fuerzas deberí­an estar a principios de junio en Bagdad, donde a mediados de febrero se lanzó un plan para restablecer la seguridad en una capital desgarrada por la violencia.

«Yo insisto en que la prioridad es Bagdad», sostuvo el general estadounidense, que pidió 2.200 efectivos adicionales para vigilar a un creciente número de detenidos en la capital. Unos 90.000 soldados iraquí­es y norteamericanos serán desplegados hacia el mes de junio en Bagdad.

Por otra parte, el general Petraeus señaló su «vergí¼enza, horror y tristeza» cuando se enteró de un atentado suicida que el martes costó la vida a 117 peregrinos chiitas en Hilla, al sur de Baggdad.

Pero a pesar de ese atentado y de otros ataques mortí­feros contra los peregrinos chiitas, decenas de miles de fieles se dirigieron a la ciudad santa de Kerbala, al sur de la capital, enarbolando carteles con consignas religiosas y ejemplares del Corán.

Unos 2,5 millones de peregrinos ya están instalados allí­, según el gobernador de la provincia, Aqil al Jazali.

Los fieles siguen llegando, agregó el gobernador, a pesar de los ataques mortí­feros, los atentados suicidas, los coches bomba y los francotiradores, que ya costaron la vida a unas 200 personas en los dos últimos dí­as, incluyendo a las ví­ctimas de Hilla.

«Hay entre cinco y siete millones de personas en las rutas, es imposible protegerlas a todas», dijo el general Petraeus.

Los peregrinos se dirigen a Kerbala para conmemorar el sábado el 40º dí­a después de la muerte del imán Hussein, una de las figuras más reverenciadas del islam chiita, asesinado en 680 por la dinastí­a sunita de los Omeyas.

En la ciudad santa se desplegaron equipos para descubrir a terroristas que lleven explosivos, añadió el gobernador.

La magnitud de los últimos ataques hace temer represalias por parte de las milicias chiitas. Varios dirigentes de diversos sectores pidieron moderación y unidad.

El jefe radical chiita Moqtada Sadr, cuyo paradero se ignora, también se expresó en ese sentido, reiterando al mismo tiempo sus llamados a la partida de las fuerzas de ocupación.

«No hay una solución militar para un problema como el de Irak. La acción militar es necesaria para mejorar la seguridad, pero no es suficiente. Tiene que haber un aspecto polí­tico», dijo David Petraeus, comandante norteamericano en Irak.