Si uno fuera mal pensado, tendría que concluir que Bush no se anda con sutilezas para enviar mensajes. Si en Guatemala le querían hablar de la migración, casi con un pie en la escalera del Air Force 1 mandó a capturar a más de 300 guatemaltecos que viven ilegalmente en Estados Unidos, los separó de sus familias dejando a varios niños en el más completo abandono y de esa forma hizo ver a los chapines que no pierdan el tiempo en pedir consideraciones especiales para su gente porque él, el imperturbable señor Bush, llegará a la Tierra del Quetzal con su aire imperial a pavonearse y dejar en claro quien manda.
Guardando las distancias, este gesto de Bush es como aquel que tuvo en su momento Ríos Montt, en su calidad de golpista jefe de Estado de Guatemala, cuando mandó a fusilar a unos condenados a muerte cuando Su Santidad el Papa Juan Pablo II venía volando hacia nuestro país y luego de que había intercedido por la vida de esas personas. Son esos mensajes de abusivez y prepotencia que uno ya conoce y que tiene que tomar de donde vienen.
Si los guatemaltecos tuviéramos un poco de dignidad habría que dejar en solitario al señor Berger atendiendo a Bush y no debiéramos ni voltearlo a ver luego de ese gesto grosero que tuvo su gobierno al proceder de esa forma contra los guatemaltecos que viven en Estados Unidos. Pero ya sabemos que eso es mucho pedir porque será larga la cola del besamanos para ir a rendir pleitesía al gobernante de la nación más poderosa del mundo. Si no nos preocupa la forma en que tratan a nuestros compatriotas, menos nos iba a importar que quien venga a visitarnos haya provocado por puro capricho una guerra que sigue costando miles de vidas.
Y el llanto de los niños de Irak es tan lejano como el llanto de los niños hijos de guatemaltecos, casi todos ellos ciudadanos de los Estados Unidos por haber nacido allá, y nuestra gente no se inmutará ni lo recordará cuando el inquilino de la Casa Blanca ocupe durante poco más de 24 horas el territorio de Guatemala. Y lo de ocupación no es una palabra lanzada al viento, sino una realidad tan indiscutible como el hecho de que durante ese tiempo no tendremos control ni siquiera de nuestro espacio aéreo porque será el Servicio Secreto de Estados Unidos el que decida quién puede o quién no puede volar, quién puede y quién no puede transitar por las calles.
Y los invitados a ver a Bush tendrán que ir sumisos con suficiente antelación para ser sometidos a minucioso registro. Bien dicen que el que nada debe nada teme y por ello es que Guatemala será una especie de territorio ocupado desde el domingo próximo hasta el lunes. Y del tema de los migrantes, ya nos hicieron ver en forma por demás gráfica que «ni hablar».