Europa trata de reafirmarse ante emergentes asiáticos


Europa intentará afianzar su peso en el tablero mundial en una cumbre que se abre el lunes en Bruselas con Asia y en la que la polí­tica monetaria de China o la crisis entre Pekí­n y Tokio podrí­an imponerse en los debates entre ambas regiones, que suman el 60% del comercio mundial.


La octava cumbre de la ASEM (Diálogo Asia-Europa), que reunirá a 46 lí­deres mundiales durante dos dí­as en el palacio de la familia real belga, brindará a Europa la oportunidad de estrechar lazos diplomáticos y comerciales con una región que, encabezada por China, mira cada vez más a Estados Unidos y parece ganar el terreno que los europeos están cediendo en la escena internacional.

«Estoy convencido de que una Europa fuerte es irreemplazable», aseguró el domingo el primer ministro chino, Wen Jiabao, al iniciar en Grecia una visita al Viejo continente.

«China quiere promover y fortalecer los ví­nculos estratégicos con la Unión Europea (UE)», reafirmó Wen, prometiendo que apoyará el euro y los bonos europeos, que forman parte de las reservas chinas de divisas extranjeras, las mayores del mundo.

El gigante asiático, considerado el motor de la recuperación mundial, «ha estado al lado de Europa para superar la crisis» económica, de la que el continente se recupera a duras penas, insistió.

Las cuestiones económicas dominarán esta cumbre que se celebra bianualmente y que reagrupa a los 27 paí­ses miembros de la UE, a los diez que integran la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), China, Japón, Corea del Sur, India, Pakistán, Mongolia y los que se estrenan este año, Australia, Nueva Zelanda y Rusia.

Europa tiene previsto intensificar su presión, que ejerce desde hace meses junto a Estados Unidos, sobre China para que aprecie su moneda, el yuan, hasta adaptarla a su valor real. Pekí­n es acusado de practicar un dumping monetario para alentar sus exportaciones y ganar segmentos de mercados.

La semana pasada, Brasil sumó su voz contra lo que empieza a definirse como una potencial «guerra de divisas», que amenaza las exportaciones en un contexto mundial más competitivo que nunca.

El director general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Dominique Strauss-Kahn, llamó el sábado a prevenir ese tipo de conflicto monetario que podrí­a poner en peligro la recuperación económica mundial.

Pero Wen rechazó ver a su paí­s señalado con el dedo, defendiendo en una entrevista difundida el domingo por la CNN que «China no busca a todo precio crear un excedente comercial».

El primer ministro dejó claro que contraatacará si es presionado durante la cumbre de Bruselas, conminando a Europa a poner fin a toda práctica «proteccionista».

China también podrí­a acaparar el protagonismo por su diferendo diplomático con Japón, desatado a principios del mes pasado, con una posible reunión este lunes entre Wen y el primer ministro nipón, Naoto Kan.

Pekí­n suspendió los contactos bilaterales de alto nivel después de que la marina japonesa capturara un barco de pesca chino, en una zona del Mar de China oriental reivindicada por ambos paí­ses.

La reforma del FMI, por la que los europeos están dispuestos a ceder hasta dos de las nueve bancas de las que disponen en su consejo de administración para dar mayor cabida a los paí­ses emergentes, será otros de los asuntos que marcarán la cita de la ASEM, así­ como el cambio climático.

Los lí­deres harán un llamamiento a obtener de forma «urgente» un «resultado legalmente vinculante» en la lucha contra el calentamiento del planeta, objeto de una conferencia de la ONU que se abrirá en Cancún (México) el próximo 29 de noviembre, según un proyecto de conclusiones obtenido por la AFP.