La reanudación de la colonización israelí en Cisjordania decepcionó a varios países a la cabeza de Estados Unidos, padrino del proceso de paz, que se mostró preocupado por la continuación del diálogo directo que acaba de reanudarse en Medio Oriente.
El gobierno de Barack Obama, que invirtió muchos meses de esfuerzos diplomáticos en la reanudación de las negociaciones directas entre israelíes y palestinos, expresó su decepción de que Israel no extendiera la moratoria de diez meses a la construcción de colonias, que terminó oficialmente la medianoche del domingo.
«Estamos decepcionados (por el fin de la moratoria) pero seguimos concentrados en nuestros objetivos a largo plazo», indicó el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.
El emisario estadounidense para Medio Oriente, George Mitchell, viajará a la región de inmediato, e independientemente de lo que suceda, «las partes deberán de una u otra forma encontrar los medios de proseguir con las negociaciones directas», añadió Crowley.
Este lunes el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, llamó nuevamente a la secretaria estadounidense de Estado, Hillary Clinton. La llamada fue «muy sustancial, detallada y directa», dijo Crowley, sin dar más detalles.
«El primer ministro comprende cuál es nuestra política. Nosotros comprendemos sus actuales dificultades políticas (…) Creemos que su interés en el proceso de paz es sincero y que reconoce su importancia», añadió.
Por otra parte, Estados Unidos saludó la «cautela» del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abas, quien no interrumpió inmediatamente las negociaciones de paz y en cambio anunció en París que los palestinos decidirían «después del 4 de octubre» si proseguirán o no el diálogo con Israel.
Abas había afirmado en varias ocasiones que no continuaría con las negociaciones si Israel seguía adelante con las construcciones en los territorios palestinos ocupados.
Pero el lunes en París dijo a periodistas que no respondería sobre el cese de la moratoria sin antes consultar a los palestinos y a los líderes árabes.
«Apreciamos la cautela», dijo Crowley a la prensa en Washington. «Estaremos en contacto con los israelíes esta semana», añadió.
La misma decepción se manifestó entre los dirigentes de la ONU y europeos, implicados en el proceso de paz por medio del Cuarteto para Medio Oriente (Estados Unidos, ONU, Rusia y la Unión Europea).
El secretario general de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon, se dijo «decepcionado» y destacó que «la actividad de colonización en los territorios palestinos ocupados, incluida Jerusalén Este, es ilegal según la ley internacional», según su portavoz.
Ban se reunió con el canciller israelí Avigdor Liberman, quien al término de esa cita consideró que «lo más importante es mantener vivo el proceso político a pesar» de las disputas.
«En todo caso, debemos continuar las conversaciones directas sin condiciones previas. Era nuestra posición cuando formamos este gobierno, es nuestra posición hoy y no estamos listos para ninguna condición previa», declaró.
De su lado, la Alta Representante de Relaciones Exteriores de la Unión Europea (UE), Catherine Ashton, «lamentó» el rechazo de Israel a renovar la moratoria de las construcciones en las colonias judías.
Desde Damasco, donde reside en el exilio, el jefe del movimiento palestino Hamas, Jaled Mechaal, pidió a Abas que cumpla con su promesa de dejar de negociar con Israel dado que se reanudó la construcción de colonias en Cisjordania.
«Negociar sin estar en posición de fuerza es absurdo», enfatizó Mechaal.
También desde Medio Oriente, el ministro de la Información jordano, Alí Ayed, cuyo país firmó la paz con Israel en 1994, destacó que el fin de la moratoria «obstaculiza los esfuerzos de paz».
Turquía, que luego de ser durante mucho tiempo aliada de Israel, mantiene tensas relaciones desde la ofensiva militar israelí contra la Franja de Gaza a fines de 2008, consideró que la reanudación de las construcciones es «contradictorio» con la paz.