Reunión de partido comunista prepara sucesión de Kim


Activistas sudcoreanos realizan una manifestación en Seúl con máscaras de Kim Jong-Il, jefe de Estado de Corea del Norte, y su hijo, previsible sucesor. FOTO LA HORA: AFP YONHAP

Una reunión excepcional del partido comunista norcoreano, que se considera destinada a preparar la sucesión del presidente Kim Jong-Il, se inició hoy en Pyongyang pocas horas después de anunciarse el ascenso al rango de general de Kim Jong-Un, su hijo de 27 años de edad.


Aunque oficialmente no se ha anunciado nada al respecto, esta reunión, la primera desde hace 30 años, parece destinada a preparar la sucesión de Kim Jong-Il, 68 años, cuya salud es frágil desde que sufrió un ataque cerebral en agosto de 2008.

La reunión se inició pocas horas después que Kim Jong-Un fuera ascendido al rango de general de cuatro estrellas, reforzando su estatus de presunto sucesor, anunciaron los medios de información oficiales norcoreanos, que mencionaban su nombre por vez primera.

Los analistas consideran que esta promoción del hijo menor de Kim, educado en Suiza, hace casi seguro que, a plazo, tome las riendas del régimen.

Al abrirse la reunión, Kim Jong-Il fue reelecto como secretario general del Partido de los Trabajadores de Corea, el nombre oficial del partido único en el poder, «en medio de un estruendo de aplausos», según la televisión estatal citada por la agencia sudcoreana Yonhap.

«Su reelección es la expresión de apoyo y de confianza absoluta de todos los miembros del Partido y del pueblo», afirmó la agencia norcoreana KCNA.

Además de Kim Jong-Un, la hermana del presidente, Kim Kyong-Hui, fue ascendida también al rango de general de cuatro estrellas, precisó KCNA.

Kim Kyoung-Hui, de 64 años de edad, es la esposa de Jang Song-Thaek, vicepresidente de la Comisión Nacional de Defensa y considerado como el hombre más poderoso del régimen después de Kim Jong-Il.

La hermana del lí­der norcoreano y su marido podrí­an ejercer una especie de «regencia» del hijo inexperto en caso que Kim Jong-Il muera o deba retirarse completamente del poder por razones de salud, estiman los analistas.

Esta conferencia del Partido de los Trabajadores, calificada de «histórica» por la agencia KCNA, estaba prevista inicialmente a principios de septiembre, pero se aplazó sin que las autoridades norcoreanas anunciaran los motivos de tal postergación.

Para la ocasión, Pyongyang ha preparado el desfile militar más importante de su historia, según fuentes norcoreanas citadas por la prensa de Seúl.

La última reunión similar del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte remonta a 1980 y se organizó para confirmar a Kim Jong-Il como sucesor de su padre, Kim Il-Sung, primer presidente del paí­s, quien murió en 1994.

Kim Jong-Il transmitirá a su sucesor un paí­s con una situación económica desastrosa y cuya población sufre regularmente las consecuencias de la penuria alimentaria.

Yang Moo-Jin, especialista de Corea del Norte en la Universidad de Seúl, considera que la «promoción de Kim Jong-Un (al rango de general) significa que sin duda él es el sucesor».

«Podrí­an producirse disensiones en las esferas del poder, pero un golpe de estado militar o cualquier otro cambio radical no parece posible, dado que las élites consideran que están en el mismo barco que los Kim», agregó.

En opinión de Paik Hak-Soon, del Instituto Sejong, Jong-Un podrí­a ser nombrado en el presidium y en la comisión militar central.

La rapidez de ese proceso parece indicar que «la salud de Kim Jong-Il se empeora rápidamente. De lo contrario, nunca hubiera promovido tan rápidamente a su hijo». agregó Paik.

Según el Daily NK, diario electrónico escrito en Seúl por exiliados norcoreanos, la conferencia sólo durará un dí­a a raí­z del estado de salud de Kim Jong-Il.

EJí‰RCITO Omnipresente


La gran mayorí­a de los escasos vehí­culos que circulan en Pyongyang son militares y el ejército, según la voluntad del presidente Kim Jong-Il, es una institución omnipresente en Corea del Norte, un paí­s forjado en la guerra.

Pequeños coches de tipo jeep y camiones de transporte militar son los vehí­culos que predominan en la circulación de este paí­s empobrecido que, según estima el Departamento de Estado nortamericano, destina más de un cuarto de su producto nacional a gastos militares.

Y fue anunciando oficialmente el ascenso del hijo menor de Kim Jong-Il al rango de general de cuatro estrellas que Pyongyang confirmó, según los analistas, el rol de heredero de Kim Jong-Un, de sólo 27 años de edad.

Una guí­a, militar, del Museo de la Guerra de Corea recalca que el paí­s, que ha realizado tres ensayos de misiles intercontinentales y dos pruebas nucleares, es una potencia.

«Nuestro paí­s se ha convertido en una potencia militar. No necesitamos la ayuda de otros paí­ses. Podemos defendernos solos», dice a los visitantes del museo la teniente Ri.

«Hoy somos muy fuertes», dice otro guí­a al hacer visitar el barco espí­a estadounidense «USS Pueblo», capturado por Corea del Norte en 1968.

El ejército coreano, con sus 1,2 millones de soldados, es uno de los cinco mayores del mundo.

Algunas ambulancias militares se ven también ocasionalmente en las calles de este paí­s, cuyo sistema de salud está en ruinas, con hospitales prácticamente imposibilitados de funcionar, según un informe de Amnistí­a Internacional.

Soldados armados montan guardia en los edificios gubernamentales, pero salvo sus fusiles, no se ven armas en la capital norcoreana, cuyos soldados parecen dedicarse sobre todo a trabajos no militares, como un grupo visto cuando trabajaba en un parque.

Las fuerzas armadas deben participar «en la defensa nacional y en la construcción del socialismo», afirma un folleto que explica la doctrina militar de Kim Jong-Il.

En el aeropuerto de Pyongyang, grandes carteles muestran soldados construyendo una central eléctrica y ayudando a campesinos en una granja colectiva.

Pero hacer fotos a los soldados, incluso si están delante de un monumento, está estrictamente prohibido. «Â¡Foto!», grita un norcoreano cuando un turista saca su cámara y la dirige hacia un soldado apostado ante el museo dedicado a Kim Il-Sung, fundador del paí­s y padre del actual presidente.

Un guí­a mira la cámara y verifica que no se haya hecho ninguna foto.

En el estadio de la ciudad, numerosos soldados miran a unos 100.000 participantes que recrean, con precisión militar, la historia de su paí­s.

Kim Il-Sung luchó contra la ocupación japonesa antes de fundar en 1948 la República Democrática de Corea del Norte y, dos años después invadir el sur.

La guerra que estalló entonces entre el norte comunista y el sur apoyado por Estados Unidos y Naciones Unidas, duró tres años.

El conflicto terminó con la firma de un armisticio –por lo que siguen técnicamente en guerra– y la pení­nsula todaví­a dividida. Una división que persiste hoy.

La guerra de Corea continúa hasta ahora en las pantallas de televisión del paí­s, donde los filmes de guerra que exaltan el heroismo de los norcoreanos son frecuentes.