Chávez mantiene mayorí­a pero deberá legislar con oposición


Una simpatizante del partido oficial escucha los resultados de las Legislativas de ayer en Venezuela. El partido del presidente Hugo Chávez obtuvo la mayorí­a, pero no le alcanza para tener el controlo absoluto del Congreso. FOTO LA HORA: AFP Eitan Abramovich

El partido del presidente venezolano, Hugo Chávez, ganó las elecciones parlamentarias de ayer al lograr la mayorí­a de diputados pero deberá ceder un importante espacio a la oposición, que obtuvo más de un tercio de los escaños y dijo haber logrado mayor número de votos.


Pese a ganar las elecciones, el Chavismo no celebra del todo. FOTO LA HORA: AFP Eitan Abramovich

Según los datos parciales divulgados en la madrugada del lunes por el Consejo Nacional Electoral (CNE), el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV, en el poder) tendrí­a al menos 94 diputados, la oposición un mí­nimo de 60 y el partido de izquierda Patria Para Todos (PPT), dos.

De esta forma, Chávez no alcanzó su objetivo de conseguir dos tercios de escaños, esencial para avanzar en su proyecto de socialismo del siglo XXI y para llegar cómodamente a las presidenciales de 2012, cuando aspira de nuevo a un tercer mandato de seis años.

Al no llegar a 110 diputados, el PSUV tendrá que debatir con la oposición para aprobar leyes orgánicas o para lanzar una Asamblea Nacional Constituyente. Pero además, no podrá aprobar sin negociación previa gastos del Ejecutivo ni nombrar a los responsables del resto de poderes públicos, como la Fiscalí­a o la presidencia del Tribunal Supremo.

Al conocer los resultados, los lí­deres del oficialismo subrayaron que mantení­an la mayorí­a de diputados, pero el ambiente en sus filas era más bien de derrota y decepción.

«Es una lucha larga, es una lucha de todos los dí­as, es una batalla que no termina y estos parlamentarios serán una fuerza importante para continuar la lucha en la construcción del socialismo», reaccionó el lí­der oficialista, Aristóbulo Istúriz.

El presidente Chávez, que tení­a previsto celebrar con sus adeptos, no apareció finalmente y la fiesta prevista a las puertas del palacio presidencial se anuló.

En un lacónico mensaje enviado a través de su cuenta en la red social Twitter aseguró que la victoria habí­a sido «sólida» y «suficiente» para profundizar en el «socialismo bolivariano y democrático».

El CNE no divulgó hasta ahora el dato más esperado: el total de votos conseguidos por cada fuerza polí­tica, aunque según el bloque opositor, sus candidatos habrí­an logrado un 52% de los sufragios.

En virtud de una polémica ley electoral aprobada hace unos meses, la oposición pudo ganar en votos pero perder en número de escaños, lo cual crea una situación inédita en Venezuela.

«Un 52% de los electores ha dicho que el rumbo autoritario del gobierno no es el camino. Se acabó el miedo», se felicitó Ismael Garcí­a, diputado reelegido por Podemos (izquierda, disidente del chavismo)

Si esta cifra se confirma, el mensaje para Chávez, que siempre ha gozado de una popularidad a prueba de bombas y convirtió estos comicios en un plebiscito, serí­a más que preocupante.

«Este es el principio del final de lo que va a ocurrir. Cuando sumas el número de votos, el señor presidente puede ir preparándose», advirtió Enrique Mendoza, elegido diputado por el bloque opositor.

Desde 2005, la Asamblea Nacional (Parlamento unicameral) estaba controlada casi al 100% por el oficialismo, que poseí­a unos 150 diputados, debido a que la oposición decidió no presentarse a los últimos comicios legislativos.

Unidos en la Mesa de Unidad Democrática, diversos partidos opositores de derecha, socialdemócratas y de centro-izquierda dejaron de lado sus diferencias para estas elecciones con el único fin de frenar a Chávez.

«No queremos convertir la Asamblea Nacional en un ring de boxeo sino en un lugar donde se debata, donde se discutan las leyes que tiene en mente el paí­s», pidió este lunes Julio Borges, elegido diputado por la Mesa de la Unidad.

Según el CNE, la participación en los comicios fue de 66,45%, un porcentaje muy elevado, que según Luis Vicente León, de la consultora Datanálisis, favoreció a los adversarios polí­ticos del gobierno.

La oposición se impuso fácilmente en Estados como Anzoátegui, una de las grandes sorpresas de la noche y en regiones tradicionalmente no chavistas como Zulia, Táchira y Nueva Esparta, mientras que el PSUV arrasó en Barinas, Lara, Distrito Capital y Estados amazónicos.

Queda por determinar si el PSUV llegará a los 99 diputados, lo que le darí­a la prerrogativa de otorgar al presidente poderes excepcionales para legislar por encima del Parlamento.

GOBIERNO Victoria pí­rrica


El presidente venezolano, Hugo Chávez, planteó las elecciones legislativas de ayer como un ensayo de las presidenciales de 2012 y los venezolanos le respondieron concediéndole una victoria pí­rrica y dando un voto de confianza a la oposición.

El nombre de Chávez no figuraba en las listas, pero la campaña del Partido Socialista Unificado de Venezuela (PSUV) estuvo monopolizada por el presidente, que la bautizó Operación Demolición e imprimió a la campaña un tono marcial.

Según resultados parciales del Consejo Nacional Electoral (CNE), el PSUV logró al menos 94 diputados y sus adversarios 62.

La oposición, reunida en la Mesa por la Unidad Democrática (MUD), asegura haber obtenido un 52% de los votos -un dato del que las autoridades electorales no comunicaron-, lo que significa que Chávez hubiera perdido este domingo unas presidenciales.

Pero el sistema proporcional que rige las legislativas, y que fue aprobado hace unos meses por el chavismo, hizo posible que lograse más escaños.

«Se materializó la mala proporción de legislación electoral. Con cerca de la mitad de votos, el gobierno obtiene más de 60% de la Asamblea Nacional», lamentó Luis Vicente León, de la encuestadora Datanalisis.

A dos años de las presidenciales, «Chávez está en una situación crí­tica», consideró José Vicente Carrasquero, doctor en Ciencias Polí­ticas y profesor de la Universidad Simón Bolí­var de Caracas.

Chávez, elegido por primera vez en 1998, ya confirmó que desea ser de nuevo candidato en 2012, cuando aspirará a un tercer mandato de seis años y aseguró que la campaña presidencial ya habí­a comenzado durante estos comicios legislativos.

«La oposición contará con un buen número de diputados veteranos. Si Chávez, en vez de negociar va al confrontamiento, el contraste entre ambas posiciones se hará demasiado evidente y le perjudicará», justo en un momento en que el electorado mostró el deseo de que «se amplie el espectro polí­tico», agregó.

Para Miguel Tinker Salas, de la Universidad Ponoma de Claremont, California y autor de «Venezuela: Hugo Chávez and the Decline of an Exceptional Democracy», «no hay mucho espacio para negociar con las fuerzas de la oposición ya que conforman dos bloques muy diferentes».

Con 110 de los 165 diputados, es decir dos tercios de la Asamblea Nacional, el PSUV habrí­a podido aprobar sin dificultad leyes orgánicas y lanzar una Asamblea Nacional Constituyente, así­ como nombrar, sin debate previo, a los responsables del resto de poderes públicos, como la Fiscalí­a general, la presidenta del Tribunal Supremo o el poder electoral.

Venezuela vive en recesión económica desde 2009, con una caí­da de 3,5% del PIB en el primer semestre, sufre una crisis en la generación eléctrica y una inflación que, de seguir a este ritmo, superará en 2010 el 25,1% del año anterior.

A ello se le suma los altos í­ndices de violencia urbana -19.000 asesinatos en 2009- y un reciente escándalo emblemático, el de las miles de toneladas de alimentos que se pudrieron aguardando a ser distribuidos por los canales estatales.

Que el presidente «haya perdido Estados importantí­simos y chavistas, como Anzuátegui, que resultó muy afectado por los cortes de luz, muestra que el voto no es solo una cuestión de ideologí­a y simpatí­a, sino también de eficiencia», sentenció Carrasquero.