Raúl Castro autoriza 178 pequeños negocios


Un payaso realiza su labor en una fiesta infantil en La Habana. El gobierno cubano autorizó hoy más trabajos con la finalidad de que los pobladores se involucren en negocios propios. FOTO LA HORA: AFP

El Gobierno de Raúl Castro anunció hoy que permitirá a los cubanos a partir de octubre abrir pequeños negocios en 178 oficios y, por primera vez en medio siglo, rentar casas completas en dólares, como parte de su plan de eliminar 500 mil empleos estatales y ampliar la iniciativa privada.


El diario oficial Granma reveló la lista de 178 actividades autorizadas para el trabajo por cuenta propia -siete nuevas y 29 reactivadas tras años congeladas-, gran parte de las cuales se hací­an ilegalmente, a fin de que nuevos negocios absorban a miles de cesantes.

«La medida de flexibilizar el trabajo por cuenta propia es una de las decisiones que el paí­s toma en el rediseño de su polí­tica económica, para incrementar niveles de productividad y eficiencia», anunció el órgano del gobernante Partido Comunista de Cuba.

El Gobierno permitirá además a los cubanos alquilar sus casas en pesos convertibles CUC (equivalente al dólar), incluso si salen legalmente del paí­s por más de tres meses o residen autorizados en el exterior, así­ como rentar espacios para pequeños negocios y habitaciones por horas.

La viceministra de Trabajo, Admi Valhuerdi, precisó a Granma que en 83 de los 178 oficios se podrá contratar libremente fuerza de trabajo, no solo familiares, una medida novedosa en 50 años de revolución, anunciada por Raúl Castro en agosto pasado.

En un intento por dinamizar la maltrecha economí­a de la isla comunista afectada por la ineficiente y abultada burocracia, Raúl Castro busca eliminar en los próximos años más de un millón de trabajos -500.000 entre octubre y marzo de 2011- que sobran en el Estado, un 25% de sus 4,2 millones de empleados y 20% de la fuerza total del paí­s, de 5 millones.

Según documentos a los que la prensa tuvo acceso, el Gobierno prevé que pasen al sector no estatal 465.000 trabajadores, unos 265.000 en pequeños negocios y el resto en cooperativas urbanas que se crearán para la producción de bienes y servicios.

Los anuncios fueron recibidos por muchos cubanos como opción de empleo y de mejorar su nivel de vida pues el Estado paga 20 dólares de salario al mes, pero otros se muestran pesimistas por los problemas de acceso a crédito y el pago de impuestos.

«Â¿Qué facilidades me van a dar, qué garantí­a tengo de que no echarán para atrás como ha sucedido otras veces? Si voy a pagar un impuesto muy alto y me van a quedar cuatro centavos, prefiero arriesgarme y seguir sin licencia», dijo Elsa, vendedora de maní­ y caramelos, de 77 años.

Granma señaló que el Banco Central estudia ofrecer créditos a los futuros pequeños empresarios pero no precisa los impuestos, que gravarán los ingresos, las ventas o los servicios, el uso de fuerza de trabajo y la seguridad social.

Otra de las grandes preocupaciones de los cubanos es el acceso a la materia prima. El ministro de Economí­a, Marino Murillo, admitió que «lo óptimo es un mercado mayorista con precios diferentes» para los «cuentapropistas», pero «no lo vamos a poder hacer en los próximos años».

En Cuba hay 143.000 pequeños negocios -con mano de obra familiar- autorizados en los años 90 para encarar la crisis económica por la caí­da de la Unión Soviética, sostén de la isla durante tres décadas.

Las «paladares» (pequeños restaurantes), emblema de esos negocios, podrán ahora tener hasta 20 plazas -antes 12- y vender platos con productos que estaban prohibidos, como mariscos y carne de res, que sin embargo se ofrecen ilegalmente.

Entre los oficios nuevos autorizados están los tenedores de libros, cuidadores de baños públicos y de parques, vendedores de productos agrí­colas en quioscos; los descongelados, elaboradores de alimentos, hojalateros y masajistas; y permanecerán cerradas las licencias para los que no existe mercado lí­cito para comprar la materia prima.

«Todo esto es positivo, no te da para hacerte rico, pero escapas», dijo Pablo Machado, de 42 años, quien repara lentes en una calle de La Habana y piensa montar una cafeterí­a.

Las medidas echaron a andar luego de que Fidel Castro, quien cedió el poder a su hermano hace cuatro años cuando enfermó, dijo a un periodista estadounidense hace tres semanas que «el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros».