El acceso al desarrollo generó debate este martes en la cumbre sobre los objetivos del milenio realizada en la ONU, donde Alemania insistió en el buen gobierno de los países pobres mientras que Cuba, Venezuela o Irán culparon al modelo capitalista.
Los líderes del mundo se dieron cita en Nueva York antes de la reunión anual de la Asamblea general para examinar el camino recorrido desde 2000, cuando el planeta se impuso la meta de reducir la pobreza a la mitad para 2015.
Los jefes de Estado y Gobierno coincidieron en considerar aún realizable ese objetivo, pero constataron que todavía queda mucho por hacer para lograrlo.
Sin embargo, discreparon a veces profundamente sobre cuál es el rumbo a tomar para conducir al «desarrollo sostenible» de los países pobres, incluyendo su acceso a la salud y la educación.
La canciller alemana Angela Merkel insistió en la necesidad para esos países de estar ante todo bien gobernados, dando a entender que pueden no solo recibir ayuda sino también ayudarse a sí mismos.
«Lo más importante es que el desarrollo sustentable y el progreso económico y social no pueden siquiera imaginarse sin una buena gobernabilidad y el respeto de los derechos humanos», dijo Merkel.
Según la canciller, «no cabe duda de que debemos mejorar la eficacia de los instrumentos de la política de desarrollo». «Para mí, la solución es evidente. Necesitamos orientarnos más hacia los resultados. En ese plano, pienso que los financiamientos basados en resultados son el enfoque adecuado».
«Hay algo que todos debemos aceptar: la responsabilidad fundamental en el desarrollo radica en los gobiernos de los países en desarrollo. El hecho que la ayuda resulte eficaz está en sus manos. Por eso, el respaldo a la buena gobernabilidad es tan importante como la ayuda misma», añadió Merkel.
Cuba sostuvo por su parte que todos los éxitos que han podido cosechar los países en desarrollo para cumplir con los objetivos que se fijó Naciones Unidas se deben a sus propios esfuerzos, no a la ayuda de los países ricos.
El canciller cubano Bruno Rodríguez planteó que el sistema capitalista es el principal culpable de los males sociales del planeta y dijo que el modelo económico internacional es «sumamente injusto y expoliador a favor de los países ricos».
«Estos progresos no han dependido de la ayuda internacional de los países desarrollados, la cual es casi inexistente», aseguró el canciller cubano, que felicitó a Venezuela, Bolivia o Brasil por sus progresos.
La lucha contra la exclusión ha tenido éxito en esos países que luchan contra el modelo económico imperante, y no en el resto del mundo, aseguró Rodríguez. El número de personas que viven en la extrema pobreza aumentó de hecho en 36 millones entre 1990 y 2005 en el mundo, añadió.
«Â¿Qué esperanza podemos albergar de cumplir esas metas para el año 2015, cuando se incrementan las referencias a la posibilidad de una agresión militar contra Irán?», se preguntó el canciller.
El presidente iraní Mahmud Ahmadinejad, en un discurso cuya traducción oficial por los servicios de la ONU fue objeto de controversia, también arremetió contra el capitalismo, aunque anunció su fin inminente.
«Ahora que el orden discriminatorio del capitalismo y del hegemonismo están enfrentados a la derrota y se acercan a su fin, se necesita una participación masiva para hacer respetar la justicia y las relaciones prósperas», dijo.
Ahmadinejad criticó «las estructuras de gobierno antidemocráticas e injustas» que constituyen «el trasfondo de las condiciones a las que está sometida la humanidad».
«El capitalismo liberal y transnacional causó el sufrimiento de muchas mujeres, hombres y niños en muchos países», dijo el presidente iraní.
El embajador ante la ONU de Venezuela, Jorge Valero, dijo por su parte que «la crisis económica y financiera mundial del capitalismo, de los últimos años, ha generado más pobreza, más desigualdad, y más injusticia».
«La economía financiera ejerce la hegemonía en el mundo y multiplica la acumulación de miles de millones de dólares, sin crear bien alguno. Es la economía de casino», agregó el diplomático venezolano.
El presidente de República Dominicana Leonel Fernández admitió que a causa de la crisis su país no podrá lograr las metas. «A pesar de las tasas de crecimiento sustanciales, es improbable que República Dominicana logre una reducción del 50% de sus índices de pobreza en los próximos cinco años», dijo Fernández.