El gobierno chino excluyó hoy una reunión cumbre con Japón al margen de la Asamblea General de la ONU en Nueva York, en momentos de tensión entre ambos países por un incidente cerca de un archipiélago en disputa.
El ambiente entre China y Japón «no es adecuado» para una reunión del primer ministro chino Wen Jiabao con su homólogo japonés Naoto Kan en Nueva York, dijo hoy la cancillería china.
En la mañana del martes, el portavoz del gobierno japonés había declarado que los responsables políticos deben evitar todo «nacionalismo extremo en Japón, en China y en otros países».
Antes de una reunión en Nueva York entre el presidente norteamericano Barack Obama y los líderes del sudeste asiático, China volvió a mostrarse firme al advertir a Estados Unidos que evitara cualquier tipo de injerencia en las disputas de soberanía en el Mar de China Meridional.
El jueves próximo, Obama se entrevistará, por separado, en Nueva York con los jefes de gobierno de la segunda y tercera economías mundiales.
La crisis diplomática sino-japonesa comenzó el 7 de septiembre pasado con la captura de un barco de pesca chino, que acababa de chocar con dos patrulleros japoneses cerca de unos islotes en el Mar de China Oriental, reivindicados por ambos países.
Esas islas deshabitadas, llamadas Senkaku en japonés y Diaoyu en chino, se encuentran en una zona de pesca que podría tener importantes reservas de hidrocarburos.
«Lo ocurrido perjudicó seriamente las relaciones bilaterales. Lo que tiene que hacer Japón para que la situación no se siga deteriorando es liberar al capitán (del buque) sin condiciones ya mismo», estimó el portavoz de la cancillería china Jiang Yu.
China ya ha convocado seis veces al embajador de Japón para exigir la liberación del capitán, cuya detención fue prorrogada hasta el 29 de septiembre.
El domingo, China amenazó con «fuertes medidas de represalias» contra Japón, tras prorrogarse el arresto del capitán.
Por su parte, el portavoz del gobierno japonés, Yoshito Sengoku, estimó que «lo principal es que los responsables gubernamentales tengan cuidado y no favorezcan el nacionalismo extremo en Japón, en China y en otros países».
Tres días antes de estas declaraciones habían tenido lugar manifestaciones antijaponesas en Pekín, Shanghai (este) y Shenyang (norte) poco numerosas, pero que contaron con el acuerdo del Partido Comunista chino.
«Queremos usar todos los medios posibles para evitar que la situación empeore», afirmó el portavoz de la cancillería japonesa.
Por su parte, el gobernador de Tokio, Shintaro Ishihara, optó por cancelar este martes un viaje a Pekín previsto para mediados de octubre con motivo de un encuentro internacional. «Digan lo que digan (los chinos), no voy a ir», declaró.
Además, el ministro de Transportes japonés, Sumio Mabuchi, canceló una reunión que tenía prevista el miércoles con un importante responsable de turismo chino.
Para el ministro de Finanzas japonés, Yoshihiko Noda, urge «tener sangre fría y no dejar que este problema influya en las relaciones económicas» entre ambos países, máxime que China es el primer socio comercial de Japón.