El papa Benedicto XVI expresó hoy su «profundo pesar» a las víctimas de abusos, que calificó de «crímenes atroces» en el tercer día de una visita dominado por una multitudinaria vigilia que coincidirá con la primera gran protesta contra su presencia en suelo británico.
El Sumo Pontífice mantuvo intacto su programa, que se inició con una reunión matutina con el primer ministro británico, David Cameron, tras la detención el viernes de seis empleados de limpieza sospechosos de tramar un «acto terrorista» no detallado en relación con su visita.
Su portavoz, Federico Lombardi, aseguró que «nadie se sintió amenazado» en la delegación, y que el Papa estaba «muy tranquilo» y «contento del desarrollo del viaje» que, según él, se lleva a cabo «de la manera más serena».
En una misa que presidió en la catedral de Westminster, Benedicto XVI se refirió en su homilía al «inmenso sufrimiento» causado por los abusos sexuales cometidos a menores y reconoció la «vergí¼enza y humillación» que sufre por estos pecados.
«Por encima de todo, quiero manifestar mi profundo pesar a las víctimas inocentes de estos crímenes atroces, junto con mi esperanza de que el poder de la gracia de Cristo, su sacrificio de reconciliación, traerá la curación profunda y la paz a sus vidas», dijo el Papa, de 83 años, que parecía cansado y andaba con más dificultad que de costumbre.
«Asimismo, reconozco con vosotros la vergí¼enza y la humillación que todos hemos sufrido a causa de estos pecados», agregó en las declaraciones más fuertes que hace sobre este delicado tema desde que llegó al Reino Unido.
Benedicto XVI ya se había referido a los abusos en el avión que le trajo el pasado jueves a Edimburgo, primera etapa del viaje que concluirá el domingo.
Admitió entonces que la autoridad de la Iglesia no fue suficientemente «vigilante, rápida y firme» para impedir y gestionar los abusos que en los últimos años provocaron un aluvión de denuncias contra clérigos católicos en todo el mundo.
El Papa debería volver a abordarlo en un encuentro con una decena de víctimas británicas que, según los vaticanistas que acompañan al Papa, podría celebrarse este sábado en Londres, a imagen de sus anteriores visitas a Malta, Estados Unidos y Australia.
El acto culminante de la jornada será la vigilia de oración que el Papa presidirá en Hyde Park a última hora de este sábado, víspera de la beatificación del cardenal John Henry Newman, uno de los más famosos conversos procedentes del anglicanismo en Birmingham (centro de Inglaterra).
Unas 80.000 personas deberían asistir a esta ceremonia, que coincidirá con la primera gran manifestación organizada durante esta visita.
Aunque han seguido a Benedicto XVI desde su llegada a Escocia, las protestas han sido hasta ahora más bien iniciativas individuales o aisladas, pero la coalición organizadora, «Protesta contra el Papa», espera obtener un mayor eco para sus reivindicaciones en este acto en el que esperan a «miles» de personas.
La coalición protestará esencialmente contra las posturas «ultraconservadoras» del Pontífice en temas relacionados con la mujer, la familia o el sexo.
«Estamos profundamente en desacuerdo con la oposición del Papa a los derechos de las mujeres, la igualdad de los homosexuales y el uso de preservativos para prevenir la expansión del sida», dijo en la BBC uno de sus organizadores, Peter Tatchell.
Mientras los organizadores de los dos actos ultimaban sus preparativos, la policía interrogaba a los seis empleados de limpieza de una empresa subcontratada por el consejo municipal de Westminster detenidos el jueves bajo la sospecha de tramar un «acto terrorista».
Según las televisiones británicas, al menos cinco de ellos no son británicos, y la mayoría serían originarios de Argelia.
Aunque la prensa británica sensacionalista, a imagen del Daily Express, no dudó en destacar un «complot musulmán para matar al Papa», las autoridades británicas -al igual que las eclesiásticas- han tratado de minimizar el asunto y se han negadoe a detallar la amenaza o su objetivo exacto.
Miles de personas manifestaban hoy en Londres en contra de la visita del papa Benedicto XVI al Reino Unido, constató una periodista de la AFP.
Entre 2.000 y 3.000 personas según la policía y «hasta 10.000» según los organizadores, estaban congregados hacia las 13H00 GMT cerca de Hyde Park, donde el Sumo Pontífice presidirá una vigilia al final de la tarde.
Los manifestantes deben dirigirse hacia Downing Street, la calle cerrada donde se encuentra la residencia oficial del primer ministro británico. Están convocados por una coalición de defensores de los derechos de los homosexuales y de la ordenación de las mujeres o de británicos enfadados por el alto costo de la visita para el contribuyente.
«Es escandaloso el dinero que nos gastamos para esto», dice Adele MacDonald-Hewson, de 62 años, que acudió a manifestarse por los derechos de las mujeres y en contra de la oposición del Vaticano a los medios de contracepción.
«La oposición del Papa a los preservativos mata», «Jefe de la mayor banda de abusadores de niños», podía leerse en las pancartas que blandían los manifestantes, algunos de los cuales lucían falsas mitras.
Barbara Dorris, una estadounidense, acudió para denunciar los abusos sexuales cometidos a menores por miembros del clero. «El Papa no para de pedir perdón, pero no actúa», dijo a la AFP blandiendo una foto de su primera comunión cuando tenía siete años y era maltratada por un cura.
Con respecto a la manifestación, el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, declaró a los periodistas que viajan con el Papa que no estaba ni «muy sorprendido» (ni) «afectado».
«Lo esperábamos, sabemos que hay grupos que critican al Papa y al Vaticano y tienen derecho a expresar su desacuerdo», agregó.
«Como dice el Papa, es una tradición positiva del Reino Unido», dijo con una sonrisa. También destacó que «un amplio sector de la población está muy contento de ver al Papa».