Afganistán va a las urnas entre atentados y acusaciones


Una mujer afgana (I) emite su voto en un colegio electoral en Kabul. Afganistán votó para elegir un nuevo parlamento en un contexto de ataques de rebeldes y una alerta de seguridad completa. FOTO AFP / SHAH Marai

Atentados y disparos de cohetes, que causaron al menos la muerte de dos personas y varios heridos, marcaron hoy las elecciones legislativas en Afganistán, celebradas en medio de amenazas de los talibanes y acusaciones de fraude.


La Fuerza Internacional de Asistencia (ISAF) supervisó los comicios. FOTO AFP / ISAF

En la madrugada, un cohete cayó sin provocar daños en el local del estado mayor de la fuerza internacional de la OTAN (ISAF) en pleno centro de Kabul, y otros fueron disparados en varias ciudades y pueblos, uno de los cuales, al este del paí­s, mató al menos a dos personas en una casa.

Un atentado también hirió a tres personas, dos de las cuales eran observadores afganos, en una oficina de votación en la provincia de Jost (sur).

El gobernador de la provincia de Kandahar (sur), cuna y principal bastión de los talibanes, afirmó que habí­a escapado a la explosión de una bomba casera al paso de su vehí­culo.

De su lado, la comandancia de los talibanes afirmó hoy por medio de un correo que habí­a atacado 150 locales de votación.

«Ciento cincuenta locales de votación atacados», puede leerse en el encabezamiento del correo electrónico que indica también un contacto que brinda el detalle de las acciones que dicen haber efectuado.

Por el momento no era posible obtener confirmación de una fuente independiente.

En el plano polí­tico interno, estas segundas legislativas por sufragio universal desde la caí­da de los talibanes a fines de 2001, tienen una importancia relativa, en la medida que el poder real está en manos del presidente Karzai.

Este último fue instalado en su cargo por la comunidad internacional a fines de 2001 y mantenido principalmente gracias a Estados Unidos, a pesar de la corrupción de que se acusa al gobierno y los fraudes masivos que permitieron su reelección hace un año.

Las elecciones son más importantes para la comunidad internacional cuando, frente a opiniones reticentes al enví­o de tropas a lo que aparece cada vez más como un atolladero mortal, las potencias occidentales prevén el retiro de los 144 mil militares, estadounidenses en su mayorí­a, desde julio de 2011.

Las pérdidas de las fuerzas internacionales llegan a niveles récord, con 510 muertos desde comienzos de año, después de un año 2009 particularmente letal con 521 muertos.

Más de 10,5 millones de afganos deber elegir sus 249 diputados sobre un total de 2.500 candidatos. Un total de 68 escaños está reservado a las mujeres.

Además de la amenaza de los talibanes de atacar las oficinas de votación, candidatos, organizadores del comicio y todo elector que no haya obedecido a su instrucción de boicotear las elecciones, dos temas preocupan a la comunidad internacional: el í­ndice de participación — (30% en la presidencial de agosto de 2009) — y el fraude.

Unas horas después de la apertura de los locales de votación, los electores no eran multitud y la Comisión de Quejas electorales (ECC) registraba irregularidades en por lo menos dos colegios electores de Kabul.

En ví­speras de las elecciones, los talibanes habí­an secuestrado a 18 personas – 10 partidarios de un candidato y ocho funcionarios de la comisión electoral encargada de organizar la votación – en el noroeste. Paralelamente, un candidato fue secuestrado al oeste de Kabul.

Los resultados definitivos oficiales no serán publicados antes del 31 de octubre.

12:00 PM Participación: 32% al mediodí­a


La tasa de participación en las elecciones legislativas de Afganistán era de 32% al mediodí­a, anunció el sábado el jefe de la Comisión Electoral Independiente tras culminar la votación.

En total «5.241.017 electores eran esperados en las 2.627 mesas electorales y al mediodí­a 1.689.457 ya habí­an votado», afirmó Faizal Ahmad Manawi, presidente de la Comisión, basándose en estimaciones de la mitad de las mesas electorales.

«La participación al mediodí­a era de 32%», agregó.